El 60% de los padres considera que los colegios se están deshumanizando y solo se encargan de transmitir conocimientos teóricos. Así lo desvela el ‘Barómetro Schoenstatt Educación, humanización y futuro 2020’, elaborado por el Colegio Nuestra Señora de Schoenstatt y el Instituto de investigación Sondea, y cuyas conclusiones salen a la luz hoy coincidiendo con el Día del Maestro.
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La encuesta, realizada a más 2.000 padres y madres, tiene como objetivo conocer cómo es el colegio perfecto. La principal asignatura pendiente de los centros españoles para los padres es diseñar un sistema capaz de adaptarse a las necesidades individuales de cada alumno, según apuntan cuatro de cada diez.
Un 65,52% de los encuestados creen que esta falta de valores en la educación puede provocar el crecimiento de la frustración, depresiones y otros problemas de salud mental en los niños. En este sentido, un 65,27% piensa también que esto dará lugar a generaciones inmaduras e incapaces de gestionar la responsabilidad en la edad adulta.
“El barómetro refleja el deseo de las familias españolas por una educación más centrada en las necesidades de cada niño y en la que los colegios y familias unan sus fuerzas para guiar al alumno –el verdadero responsable–, en un proceso en el que pueda desarrollar todo su potencial individual. Este es el papel que los padres esperan de los profesores: provocar y motivar el aprendizaje en el alumno, un crecimiento integral que le permita identificar sus necesidades únicas. Formarles primero como personas y después académicamente”, explica Pablo Siegrist, director del Colegio Nuestra Señora de Schoenstatt.
Para la mitad el fin de la educación es la formación humana
Un 48,80% consideran que la finalidad última de la educación es la formación humana frente a un 25,10% que opina que es la formación académica. En este sentido, a la pregunta sobre “¿qué aspectos de entre la formación humana, el bilingüismo, o el desarrollo de capacidades tecnológicas, creen que es más importante?”, las familias continúan decantándose por la formación humana con un 59,93%, frente a aspectos que se han considerado siempre destacables en el método educativo como es el bilingüismo, con tan solo un 11,86%.
Entre otras conclusiones, el 92,91% facilitaría la conciliación de las familias para que los padres puedan ejercer su papel en la educación; el 92,71% reclama que la educación avance al ritmo de los cambios sociales y no se queden atrás; el 92,12% pide que las leyes educativas sean diseñadas con una visión a largo plazo y en base al aprendizaje de los alumnos y no a la ideología; y ell 92,02% reclama que se cubran las necesidades de las familias con hijos de educación especial.
Para más de ocho de cada diez padres el factor que consideran más importante para favorecer la educación de sus hijos es el modelo educativo, seguido del ambiente social (50,25%) o el claustro de profesores (45,66%). No son tan importantes las instalaciones o el tamaño del colegio (22,38%), que se encuentran tras los compañeros (37,62%) y la tecnología (35,33%).
La tecnología facilita el aprendizaje
Los padres encuestados ven la tecnología como un facilitador para el aprendizaje (45,6%) y no como un riesgo para la seguridad de sus hijos (5,64%) o como una potencial generación de problemas en la atención (8,38%). De hecho, los trastornos del aprendizaje los achacan, mayoritariamente, a la desestructuración familiar y al ritmo vital (85,28%).
Un 47,41% destaca que el colegio perfecto es aquel que asume la educación como un proyecto compartido entre padres y colegio. Con diferencia, la característica que más peso tiene en la elección de un colegio es el modelo educativo (30,47%), seguida de la cercanía al domicilio (18,21%) o las instalaciones (16,42%). En cuanto a su tamaño, los padres lo prefieren cuanto más pequeño mejor, siendo el 46,81% los que prefieren una o dos clases por curso.
La característica más relevante en un profesor para los padres españoles es su capacidad para provocar el aprendizaje en los alumnos (76,95%), seguido de su compromiso con la motivación de cada uno (72,70%) o la capacidad para identificar sus necesidades (72,60%).
“Los padres españoles esperan de los profesores una implicación personal en el crecimiento de sus alumnos, que los lleve a conocerlos en profundidad y así a sacar lo mejor de ellos. No quieren meros transmisores de contenidos, sino educadores verdaderamente comprometidos con el crecimiento de cada alumno como persona” concluye Siegrist.