María José Muñoz López, directora de la Biblioteca y del Museo Diocesano de Córdoba, se reconoce “ferviente convencida de la capacidad del patrimonio para contar historias” y “enamorada de las catedrales, de su lenguaje y de su misterio”. Esos atributos le han servido para escribir ‘Páginas de piedra. Una lectura de las catedrales españolas’ (Fundación SM y PPC), un libro que, además de extraordinario, ofrece una mirada singular, como no se había hecho hasta ahora: un viaje a la “verdadera identidad” de las catedrales, en donde es posible leer mil años de la historia de España y, por supuesto, de la propia Iglesia.
“El título sugiere un punto de partida, pretende presentar las catedrales como libros pétreos donde podemos leer nuestra historia e interpretarla”, explica la autora. “Yo suelo –o mejor dicho, solía, ya que la pandemia nos ha paralizado a todos– hacer viajes culturales en familia, y compruebo que la aportación de datos estilísticos, fechas y nombres interesa poco; excepto a mí, pero eso no cuenta. Sin embargo, a todo el mundo, incluso a mis hijos adolescentes, les encanta comprender el porqué de las cosas, las historias y anécdotas asociadas a un lugar, el significado de los símbolos, su función…”.
Los detalles, precisamente, que rara vez aparecen en las guías turísticas. “Con esta publicación he pretendido descender a esas particularidades que facilitan el acercamiento a las catedrales, aumentan aún más su atractivo y definen sus contornos con más nitidez”, manifiesta.
“Y es que la mayoría de las catedrales de España tienen una monumentalidad tan impresionante que eclipsa otros factores esenciales capaces de expresar lo que verdaderamente son –prosigue–. Un caso emblemático es el de mi catedral, antigua mezquita de Córdoba, que posee un lenguaje arquitectónico tan imponente que con frecuencia se olvida su complejidad y se realizan lecturas superficiales sobre su identidad”.
La lectura de María José Muñoz López es entusiasta y profunda, accesible y didáctica. “Las catedrales custodian un legado milenario, han sido esenciales en la configuración de la cultura urbana, pero no son una reliquia del pasado –sigue diciendo–. Cuando las presentamos como un mero conjunto monumental, las empequeñecemos. Si solo buscamos consumir el monumento, nos perdemos lo más interesante, porque estos edificios están vivos, son testigos de nuestra historia, y son capaces de revelarnos quiénes somos”.
Y es lo que hacen, precisamente, estas Páginas de piedra: “Leídas en esta clave, el resultado es sorprendente, porque ellas nos interpelan en lo más profundo de nuestra humanidad”.
Muñoz López no ha dudado en aportar “algunos códigos” que ayudan a esta lectura y su dimensión simbólica. “El problema es que se trata de un lenguaje que pertenece a una época a la que somos ajenos y con códigos desconocidos para nosotros. Descifrar algunos de ellos forma parte de los objetivos de su libro –reconoce–. De todos modos, no se trata de analizar o traducir la catedral, sino de experimentarla, disfrutarla, estimular a su descubrimiento. Con el texto he pretendido invitar a la contemplación de un misterio insondable que solo somos capaces de descifrar parcialmente. El resto lo dejamos a la admiración”.