Vaticano

Francisco en el ángelus del primer domingo de Adviento: “Tratemos de hacer el bien y sacar lo bueno de las situaciones difíciles”





“Tratemos de hacer el bien y sacar lo bueno de las situaciones difíciles”. Este es el primer consejo del papa Francisco para vivir el Adviento. Lo ha dado hoy, 29 de noviembre, tras el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro. Asimismo, ha recomendado una “mayor sobriedad, la atención discreta a aquellos que tienen necesidades y algún momento de oración en familia” como tres claves fundamentales “que nos ayudarán a vivir un buen camino de Adviento”.



Un periodo que hoy inicia y con el que “la Iglesia marca el curso del tiempo con la celebración de los principales acontecimientos de la vida de Jesús y de la historia de la salvación”. Al hacerlo, ha señalado el Papa “como Madre, ilumina el camino de nuestra existencia, nos apoya en nuestras ocupaciones diarias y nos guía hacia el encuentro final con Cristo”.

Asimismo, ha recordado que, en la liturgia de hoy, “el Apóstol Pablo invita a los cristianos de Corinto, y a nosotros también, a centrar su atención en el encuentro con la persona de Jesús, que vendrá al fin del mundo y que viene todos los días, para que, con su gracia, podamos hacer el bien. en nuestra vida y la de los demás”. Y es que “nuestro Dios es el Dios que viene: ¡no defrauda nuestras expectativas! Llegó en un momento histórico preciso y se hizo hombre para cargar con nuestros pecados; vendrá al final de los tiempos como juez universal; viene todos los días a visitar a su pueblo, a visitar a todo hombre y mujer que le acoge en la Palabra, en los sacramentos, en sus hermanos y hermanas”.

Aferrarse a la esperanza

“Sabemos que la vida se compone de altibajos, de luces y sombras”, ha afirmado Francisco. “Cada uno de nosotros experimenta momentos de decepción, fracaso y pérdida”, ha dicho. Además, la situación actual, marcada por la pandemia, “genera preocupación, miedo y desesperación en muchos” y esto hace que “corramos el riesgo de caer en el pesimismo, el cierre y la apatía”.

Sin embargo, ante todo esto “la confiada expectativa del Señor te hace encontrar consuelo y valor en los momentos oscuros de la existencia”. “¿Y de dónde viene este coraje y esta apuesta segura?”, se ha preguntado Francisco. “Viene de la esperanza”, ha afirmado. Y, en este caso, “el Adviento es una llamada incesante a la esperanza”, porque “nos recuerda que Dios está presente en la historia para llevarla a su fin último y su plenitud, que es el Señor Jesucristo”.

“Dios está presente en la historia de la humanidad, es el ‘Dios con nosotros’, que camina junto a nosotros para apoyarnos”, ha subrayado. “El Señor nunca nos abandona; nos acompaña en nuestros acontecimientos existenciales para ayudarnos a descubrir el sentido del viaje, el sentido de la vida cotidiana, para infundir valor en las pruebas y el dolor” y, “en medio de las tormentas de la vida, Dios siempre se acerca a nosotros y nos libera de las amenazas”. 

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