Durante el primer semestre de 2021 podría por fin aprobarse el nuevo documento que regule las relaciones entre los obispos y la Vida Consagrada, sustituyendo a la instrucción ‘Mutuae Relationes’, promulgada hace 42 años y en cuya reforma el Vaticano lleva años trabajando. El arzobispo José Rodríguez Carballo, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA), dio una fecha tope para la publicación de este esperado texto durante la intervención que realizó en la 94 asamblea semestral de la Unión de Superiores Generales (USG), celebrada de manera virtual entre el 25 y el 27 de noviembre.
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“Iniciamos este camino hace mucho tiempo y deseamos que se acabe pronto. Se está trabajando en la redacción que esperamos que sea la definitiva y que queremos presentar al Santo Padre en enero”, comentó Carballo. En la elaboración del documento, que tiene como título provisional ‘Directorio sobre las relaciones entre los obispos y la vida consagrada en comunión y misión de la Iglesia’, como adelantó Vida Nueva el pasado julio, participa tanto la CIVCSVA como la Congregación para los Obispos.
Una vez que estos dicasterios entreguen el borrador definitivo al papa Francisco, antes de promulgarlo este problablemente lo someterá a un último examen por parte de la Secretaría de Estado, la Congregación para la Doctrina de la Fe y el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, que ya hicieron antes sus aportaciones . “Yo querría que se aprobara durante el primer trimestre de 2021, pero a ver si podemos que sea al menos en el primer semestre del año”, dijo Carballo.
Innovación pastoral
El amplio documento que sustituirá a la instrucción ‘Mutuae Relationes’ está dividido en tres partes: una teológica, con contenidos muy exhaustivos; otra jurídica, en la que no se plantean muchos cambios respecto al texto anterior; y una pastoral, que resulta la más innovadora. En este último bloque se plantea cómo responder a los posibles problemas en las relaciones entre los obispos y los religiosos y donde también se da “el espacio a las mujeres consagradas”, según adelantó el secretario de la CIVCSVA a los alrededor de 150 participantes en la asamblea semestral de la USG. Tuvo que celebrarse por primera vez a través de Internet debido a las restricciones para evitar los contagios del coronavirus.
Bajo el lema ‘Una nueva imaginación de lo posible’, en el encuentro los responsables de las congregaciones religiosas masculinas analizaron qué tipo de liderazgo se precisa en sus órdenes ante el impacto que supone la pandemia, teniendo muy presente la encíclica ‘Fratelli tutti’, promulgada por el papa Francisco el pasado mes de octubre.
Audacia de lo imposible
“Cada uno de nosotros ha vivido la tensión de responder a la guía de su instituto en el período de la pandemia. Todos hemos intentado mirar más allá en un tiempo de grandes incertidumbres”, comentó Arturo Sosa, superior general de la Compañía de Jesús y presidente de la USG. En su intervención de apertura de la asamblea, el jesuita venezolano pidió tener la “audacia de lo imposible” para abrir nuevos caminos a una “mayor y mejor contribución de la vida religiosa a la Iglesia en este tiempo de pandemia”.
Entre los ponentes del encuentro semestral de la USG estuvo Augusto Zampini, secretario adjunto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y coordinador de la comisión creada por el Vaticano para responder al nuevo escenario abierto por el coronavirus. “Debemos afrontar la crisis desde un punto de vista multidimensional: sanitario, económico, ecológico y político”, dijo Zampini, insistiendo en actuar “con urgencia” y sin caer en la tentación de volver a la “vieja normalidad, que era injusta e insostenible”.