El cura Pepe Di Paola hizo su presentación, en nombre de los curas villeros, en la Comisión Legislativa que abrió el debate para el tratamiento de la nueva ley de aborto.
Comentó que en este tiempo de pandemia, los curas villeros están trabajando duro, siguiendo las indicaciones del Presidente y su equipo de científicos. Sin embargo, dijo que ven, con tristeza, que el número de muertos alcanzó casi los 40.000.
“En medio de esta dolorosa situación, con sorpresa e indignación, vemos también el apuro del Poder Ejecutivo por sancionar rápidamente la ley del aborto”, reprendió.
Asimismo, informó que tuvo un intercambio sobre el tema con el Papa Francisco, y que éste le planteó sus sugerencias sobre el tema:
El P. Pepe señaló que estudios de embriología muestran que, en la tercera semana de embarazo, ya está delineado todo el organismo y hasta late el corazón. “El embrión posee un ADN único y sus secuencias se mantendrán al nacer y durante toda su vida”. “La ciencia puede leer la totalidad de la secuencia genética del ADN de un sujeto mucho antes de su nacimiento”, agregó.
Luego, recordó que el presidente Alberto Fernández envió el proyecto al Congreso “porque había hecho una promesa y la quiere cumplir. Sería interesante que nos dijera ante quién se comprometió. A quien le prometió, en tal caso. Al pueblo seguramente no. Al pueblo de la villa menos. Al de las provincias tampoco”.
En los barrios populares, aseguró Di Paola, se aprende de los vecinos a amar y cuidar la vida. “Los lazos de amor que se generan entre los más pobres nos muestran que toda vida vale. La madre ya no solo es la de sus hijos, sino también de chicos y chicas del pasillo. La vida comunitaria abraza y da vida“.
Por eso, planteó que parte de la hipocresía es plantear que el aborto es una necesidad de los pobres, “dicen hacerlo por ellos”, pero los funcionarios deberían hacer fila en los centros de salud y atenderse en los hospitales provinciales y nacionales para saber qué es lo que necesitan.
Luego, como parte de los curas villeros, presentó una serie de consideraciones sobre esta temática.
Se preguntó: “Después, ¿cuál será el próximo paso?”. Retrocedemos a “las razones de Estado” o a los “destinos manifiestos”, afirmó.
Recordó que después del “Nunca más”¹, muchos se preguntaban cómo se pudo haber llegado a esa deshumanización. Él asevera que se llega a ese estado “cuando se decide justificar la eliminación de la vida o la violación de la integridad física o moral por una razón superior”.
“Al haber vida estamos ante una flagrante violación a los derechos humanos”, sentenció el cura villero. Y aludió a una frase de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de Paz 1980, que había expresado: “Quien justifica el aborto, justifica la pena de muerte, y yo estoy contra la pena de muerte y contra el aborto, ser progresista significa defender la vida y nada más” (El aborto ante la conciencia. Pbro. Javier Gafo, Editorial PPC, 1982).
Mencionó luego que, hace dos años, destacaron “la vinculación entre la legalización del aborto y las políticas de la usura internacional”. Allí, los medios vinculados al oficialismo los atacaron duramente. Ahora, el Ministerio de Economía realizó gestiones ante el FMI para un acuerdo de facilidades, que trae aparejado la aceptación de inspecciones, controles de gestión e imposiciones. Y sostuvo que en el momento en que llega la misión negociadora del FMI, “en forma apresurada y contradiciendo manifestaciones anteriores, se anuncia uno de los principios que impulsa fuertemente el sistema de usura internacional: la legalización del aborto”
Comentó que, en América Latina resuena aún el “No matarás” de Monseñor Romero, mártir de El Salvador, cuando animó: “si sentimos la represión porque nos mata a jóvenes y gente que ya es grande, lo mismo es quitar la vida en las entrañas de la mujer”.
Finalmente, el P. Di Paola, exhortó: “Señores diputados y senadores: no se coloquen en el lugar de Dios, dejen que la ciencia hable seriamente, gobiernen para los pobres y no para las elites capitalistas ilustradas”. “Hagamos entre todos un país donde se ame la vida, un país donde el Papa pueda sentirse cómodo cuando decida venir”.
Por su lado, con una carta firmada por el presidente de la CEA, Oscar Ojea, obispo de San Isidro, y por el secretario general, Carlos Malfa, obispo de Chascomús, los obispos invitaron a una oración el próximo 8 de diciembre.
“Ante la inminencia del debate en el Congreso Nacional de la ley de legalización del aborto, proponemos que en todos los lugares donde ese día se celebre la santa misa elevemos nuestra confiada plegaria por el cuidado de la vida no nacida”.