“Este mundo necesita bendiciones”. En la audiencia general sin fieles que presidió este miércoles en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el papa Francisco continuó con su ciclo de catequesis sobre la oración, deteniéndose en la “capacidad” que todas las personas tienen de “sentirse bendecidas y de bendecir”. “Si todos hiciéramos así, seguramente no existirían las guerras”, comentó, asegurando que en esa cuestión radica la “raíz” de la “bondad” cristiana.
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También habló el Pontífice de las personas habituadas a maldecir, de la gente “que siempre tiene en la boca y en el corazón una palabra fea”. Dado que Dios “continuamente bendice la vida”, de un corazón bendecido no puede salir “una maldición”, por lo que quien actúe así debe “pedir al Señor la gracia de cambiar este hábito”. “Que el señor nos enseñe a no maldecir nunca, sino a bendecir”, insistió Francisco.
Las madres de los presos
Tras asegurar en su catequesis que “Dios no se ha equivocado con la creación y tampoco con la creación del hombre”, destacó que ningún pecado puede cancelar de forma completa “la imagen del Cristo presente en cada uno de nosotros”. Es posible “desfigurarla”, pero no quitar “la misericordia de Dios. Un pecador puede permanecer en sus errores durante mucho tiempo, pero Dios es paciente hasta el último instante, esperando que al final ese corazón se abra y cambie”.
Al presentar a Dios “como a un buen padre o una buena madre”, el Papa recordó a las madres que hacen cola delante de las cárceles para visitar a sus hijos presos. “Saben que la gente les ve y les da vergüenza, pero sus hijos son más importantes”, dijo, señalando que igualmente para Dios “somos más importantes que los pecados que podamos haber hecho”.
Ataque en Nigeria
Francisco consideró que se puede lograr una “experiencia intensa” al leer los textos bíblicos sobre la bendición en una prisión o en un centro de desintoxicación. Por ello invitó a “hacer sentir a esas personas que permanecen bendecidas no obstante sus graves errores, que el Padre celeste sigue queriendo su bien y esperando que se abran finalmente al bien”.
En sus saludos en los distintos idiomas en la parte final de la audiencia general, Jorge Mario Bergoglio recordó a las víctimas del reciente ataque acaecido en el norte de Nigeria, donde más de 100 campesinos fueron asesinados. En esa zona opera el grupo terrorista islámico Boko Haram. También comentó que hoy se cumplen 40 años del asesinato de cuatro misioneras norteamericanas en El Salvador por parte de un grupo de paramilitares.