Las vacunas contra la gripe han llegado hoy, gracias al papa Francisco y a la Limosnería Apostólica, a los “más pobres entre los pobres”. Así, tal como informa Vatican News, los ha definido Andrea Conocchia, sacerdote de la Iglesia de la Santísima Virgen Inmaculada, en Torvaianica, al hablar de cómo el personal médico de la Santa Sede ha administrado la vacuna y antigripales a prostitutas y personas sin hogar de la localidad.
De esta manera, 35 personas han recibido una asistencia sanitaria muchas veces imposible de adquirir por los cauces tradicionales, ya que muchos de ellos están indocumentados. “A pesar de la lluvia, hoy en Torvaianica ha sido un día de sol porque estaba iluminado y calentado por la presencia de amigos que llegaron en la ambulancia vaticana”, apuntó Conocchia.
“La gente está contenta con esta cercanía, con esta presencia, atención y cuidado”, ha explicado el sacerdote. “Están realmente muy contentos y muy felices” ya que, como apunta, “es posible que sea la primera vez que reciben una atención tan concreta y eficaz por parte de la Iglesia”.
No es la primera vez desde el inicio de la pandemia que la caridad apostólica liderada por el cardenal Konrad Krajewski “sale” del pórtico de San Pedro para llevar su ayuda a los necesitados. Se han llevado a cabo desde la entrega de mascarillas a los pobres de la estación Termini, hasta las donaciones de respiradores a hospitales en Italia, España y Brasil, o el reparto de alimentos a los necesitados. Siempre, con el objetivo de acercar la cercanía espiritual y material del papa Francisco a quienes más sufren estos tiempos de crisis