El año 2021 será el año de san José. En realidad, ya ha comenzado. La Santa Sede ha comunicado que a partir de hoy y hasta el 8 de diciembre del próximo año la Iglesia pondrá su mirada de manera especial en el padre de Jesús de Nazaret y esposo de María. ¿El motivo? Francisco ha querido poner en valor su figura en el 150 aniversario de ser declarado patrono de la Iglesia Universal. Fue un 8 de diciembre de 1870 cuando Pío IX quiso otorgarle este título a través del decreto Quemadmodum Deus, 16 años después de aprobar el dogma de la Inmaculada Concepción.
Esta efemérides es el punto de partida para la carta apostólica ‘Patris corde’ (‘Con corazón de Padre’) rubricada por Francisco en la que describe a san José como “el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta”. Precisamente su actitud de vivir en segundo plano es el que le concede “un protagonismo sin igual en la historia de la salvación”, expresa el Papa que encuentra en su figura un reflejo de tantas personas anónimas que están teniendo un papel fundamental para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
En la carta apostólica, el Papa desvela además que desde hace más de cuarenta años recita una oración a san José “tomada de un libro de devociones francés del siglo XIX, de la Congregación de las Religiosas de Jesús y María”. Para Francisco, esta plegaria “expresa devoción y confianza” al santo, a la vez que un compromiso personal. “Que no se diga que te haya invocado en vano, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”.
No es la primera vez que Francisco confiesa su particular cariño hacia la figura de san José. Ya en 2015 confesó que en su escritorio tiene una imagen de san José durmiento. “Durmiendo cuida a la Iglesia. Él sí puede hacerlo, nosotros, no”, comentaba el Papa entonces, desvelando que, cuando tiene un problema, lo escribe y lo pone debajo de la pequeña escultura “para que lo arregle”. En algún que otra ocasión, ha bromeado sobre esta misma imagen, apuntando que el santo se toma su tiempo, como cualquier carpintero, pero finalmente cumple con su encargo.
Para empoderar este año de san José, junto a ‘Patris corde’ se ha hecho público también un decreto de la Penitenciaría Apostólica que, de acuerdo con la voluntad de Francisco, permite conceder la Indulgencia Plenaria en las condiciones habituales: confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Papa. El documento, firmado por el cardenal Mauro Piacenza, invita a los católicos a compartir este acontecimiento “con un alma despojada de todo pecado”, para lo que establecer algunos caminos, por ejemplo, participar en un retiro espiritual “que prevea una meditación sobre san José” o reflexionar “por lo menos 30 minutos la oración del Padre nuestro”. La indulgencia podrá obtenerse además realizando “una obra de misericordia corporal o espiritual” siguiendo el ejemplo de San José”, rezando el rosario en familia o entre novios. Incluso mirando con confianza al “artesano de Nazaret” a la hora de encontrar un trabajo.