La pandemia del coronavirus ha hecho que este año, finalmente, la colecta por el día del seminario en España pase del día de San José –o uno de sus domingos cercanos en el mes de marzo–, al 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. “Como María, muchos jóvenes han respondido a la llamada de Dios y se están formando en nuestros seminarios. En Ella tienen un modelo acabado de fidelidad y entrega, de amparo y consuelo. Ella, junto a José, como en el hogar de Nazaret, van configurando el corazón de estos jóvenes con el de su Hijo, para ser un día enviados como discípulos misioneros”, se recoge en los materiales preparados para sensibilizar en esta jornada.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
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El Día del Seminario se celebra desde el año 1935 con el objetivo de suscitar vocaciones sacerdotales mediante la sensibilización, dirigida a toda la sociedad, y en particular a las comunidades cristianas, recuerdan los organizadores. A la espera de conocer los datos de este curso, en el 2019-20 había 1.129 seminaristas mayores. En nuestros seminarios han ingresado el años pasado 208 nuevos seminaristas mayores y 119 han abandonado el seminario. En 2019 se celebraron 130 ordenaciones sacerdotales.
Enviado a la misión de la Iglesia
Las variadas dimensiones del perfil del sacerdote están sobre la mesa en la jornada de este año, a partir del lema. El papa Francisco destacaba en su Carta a los Sacerdotes con motivo del 160º aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars que “son innumerables los sacerdotes que hacen de su vida una obra de misericordia en regiones o situaciones tantas veces inhóspitas, alejadas o abandonadas incluso a riesgo de la propia vida. Reconozco y agradezco vuestro valiente y constante ejemplo que, en momentos de turbulencia, vergüenza y dolor, nos manifiesta que Ustedes siguen jugándose con alegría por el Evangelio”.
Esta jornada toca a toda la comunidad cristiana y no solo a los seminaristas y sus formadores porque, de hecho, la llamada a ser pastores misioneros es compartida por todos. “Todos tenemos que dejar que los demás nos evangelicen constantemente; pero eso no significa que debamos postergar la misión evangelizadora, sino que encontremos el modo de comunicar a Jesús que corresponda a la situación en que nos hallemos. En cualquier caso, todos somos llamados a ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico del Señor, que más allá de nuestras imperfecciones nos ofrece su cercanía, su Palabra, su fuerza, y le da un sentido a nuestra vida”, escribía Francisco en Evangelio Gaudium.