Se trata de la primera reparación en España a los supervivientes de la pederastia eclesial sin mediar sentencia judicial. El acuerdo que firmaron el pasado enero los Hermanos Maristas de Cataluña con la asociación ‘Mans Petites’ –impulsada por Manuel Barbero, padre de una víctima de abusos– para crear una comisión que valorase las indemnizaciones a los alumnos que han sufrido casos de abuso en las escuelas de los religiosos ha dado sus frutos. La Comisión de Acogida a las Víctimas de Abusos Sexuales de Casos Prescritos, costeada por los maristas, ha analizado 25 casos.
La congregación ha conocido los resultados del informe –ya que la comisión es totalmente independiente– a la vez que la opinión pública. El objetivo de la Comisión ha sido evaluar el daño psicológico y las secuelas de las personas atendidas, recoger la información aportada y establecer, en su caso, una compensación económica, que en rueda de prensa han evitado cuantificar. No obstante, según una filtración a EFE, la congregación pagará un total de 400.000 euros a estas 25 víctimas.
La Comisión –formada por el abogado Xavier Puigdollers; M. Dolors Petitbò, psicóloga clínica; y Montserrat Bravo, doctora en Psicología–, pionera en España, ha ajustado las reparaciones a las indemnizaciones que fija la jurisprudencia española de los últimos años. Un total de 18 profesores o monitores de colegios Maristas han sido denunciados en los últimos años por abusos cometidos desde los años 60. Todos se archivaron al haber prescrito el delito, menos el de Joaquín Benítez (en la imagen), el ex profesor de los maristas de Barcelona condenado en abril de 2019 a 21 años y nueve meses de cárcel por abusar sexualmente de cuatro alumnos.
Durante la rueda de prensa, desde el Colegio de Periodistas de Cataluña, Bravo ha querido agradecer a las víctimas por su valentía, puesto que “han vivido uno de los momentos más duros de su vida, pero lo han hecho para que no le vuelva a pasar a ningún otro niño”. Asimismo, ha insistido en que “no hay ninguna indemnización que pague este dolor”.
En su intervención, la psicóloga ha reconocido que “la violencia sexual a menores es una pandemia invisibilizada”. Al mismo tiempo, ha aseverado que las víctimas llevan “años confinados por sus agresores”. Por eso, ha advertido que “tenemos una deuda pendiente como sociedad con estas personas”.
Tras darse a conocer las conclusiones, los maristas han agradecido en un comunicado “el coraje de las víctimas por haber hablado con los miembros de la Comisión y por haber expresado con palabras lo que han vivido”.
Para los hermanos, “dar respuesta a las víctimas de abusos sexuales prescritos es un deber moral”. Junto con la resolución de su caso, cada una de las 25 personas que han acudido a la Comisión ha recibido una carta firmada por el provincial y por el delegado para la Protección de la Infancia de los Maristas donde se les pide perdón.