Mientras se producen continuas llegadas de migrantes a Canarias en las últimas semanas, hay regiones marcadas por la presencia de temporeros desde hace mucho tiempo. Un ejemplo es San Isidro, en Níjar (Almería), donde las hermanas de las Mercedarias de la Caridad y otras congregaciones trabajan ayudando a los temporeros de los invernaderos.
Una de las propuestas es la escolarización, donde junto a las religiosas hay incluso un imán, según han relatado a la agencia Efe. Entre los estudiantes a los que tres hermanas dan clase de español hay marroquíes, senegaleses, malienses… repartidos en diferentes niveles y en grupos mixtos. “La mujer ha evolucionado en el aspecto cultural. Hasta el punto de que muchas incluso trabajan, ya sean marroquíes o subsaharianas. Hay una promoción y nosotras estamos atentas en este sentido para que ellas también se consideren”, relata una delas religiosas, la hermana María Elisenda.
Otro frente es el taller ocupacional regentado por varias Mercedarias de la Caridad, de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Castres y de la Sagrada Familia de Burdeos. Aquí también las mujeres son las “más desprotegidas” y las que mejor están aprovechando este recurso. Entre las tareas qque se han incorporado en los últimos meses está la confección de mascarillas, algo que se uno de los bolsos de cuero y tela, manolas, llaveros, pulseras, fundas para móviles, libros sensoriales, sujetapuertas, cojines de adorno, mochilas…
Otra propuesta es el reparto de comida, al frente de él está la hermana mercedaria Araceli. La demanda de alimentos es altísima por la crisis. Casi unas 200 personas acuden a diario: “Son los excedentes de la CEE, pero no llegamos. Nos han dado cantidad este año pero no nos dura para marzo (…) Viene tanta gente… Y teniendo comida no soy capaz de decirle ‘no te doy’. También nos da el Banco de Alimentos”. “También contamos con cinco viviendas con 42 hombres y otra para mujeres con niños”, relata la religiosa.