Asia

Una Navidad “reducida, íntima y en familia” en Tierra Santa por la pandemia





Pierbattista Pizzaballa, nombrado por el papa Francisco patriarca de Jerusalén el pasado octubre, no había vivido hasta ahora una situación tan difícil en Tierra Santa como la que ha provocado la pandemia. “Es un período particularmente difícil. La segunda Intifada fue terrible, pero la vida de la comunidad de alguna manera pudo continuar y había algunos peregrinos. Ahora no hay ninguno y no podemos tener una vida eclesial normal. No celebramos la Pascua como se debe y ahora va a pasar lo mismo con la Navidad”, comentó este martes en un encuentro telemático con periodistas Pizzaballa, que lleva 30 años en Tierra Santa.



Este franciscano de origen italiano está contagiado de coronavirus, como les ha ocurrido ya a otros 20 sacerdotes del patriarcado. “Ahora mismo tenemos seis casos positivos, todos asintomáticos o con síntomas leves. Yo también soy positivo, pero estoy bien y ya estoy saliendo”, explicó Pizzaballa, que advirtió de que en las últimas semanas se ha producido una “explosión” de contagios entre los sacerdotes y fieles de la zona.

La pandemia ha provocado un “parón total” de las peregrinaciones desde marzo, lo que ha generado un gran daño económico entre las familias cristianas de Tierra Santa, muchas de las cuales trabajan en este sector. “Hay muchos que no llegan a fin de mes y se enfrentan a serios problemas. El coronavirus además se está propagando en Palestina debido a los pocos controles, lo que tiene un gran impacto económico”, lamentó.

Solo 10 fieles por templo

Las celebraciones de la Navidad serán “reducidas, íntimas y en familia” y se mantendrán “restricciones extremas” en los templos. “Haremos lo mínimo indispensable”, aseguró el patriarca de Jerusalén, que negocia con las autoridades israelíes para que se permita que participen más de 10 personas en las celebraciones religiosas en las iglesias donde pueda mantenerse la distancia de seguridad.

Respondiendo a las preguntas de los periodistas, Pizzaballa se mostró optimista respecto a los cambios que pueden producirse en Oriente Medio con el nuevo Gobierno estadounidense, liderado por Joe Biden. Aprovechó además la comparecencia para lamentar las dificultades que plantea el Estado de Israel en sus relaciones con la Iglesia. “La orientación político-religiosa a la derecha hace que cada vez sea menos descontada la relación con los cristianos. Cada vez entienden con mayor dificultad al mundo cristiano, lo que nos complica la vida”, dijo, poniendo como ejemplo el “vía crucis” que supone abrir una cuenta bancaria.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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