La Conferencia Episcopal Española convoca a los católicos a una Jornada de ayuno y oración hoy 16 de diciembre para “pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”. Ante la inminente aprobación del Congreso de la Ley de Eutanasia, los obispos españoles instan a rezar, con la conciencia de que “la muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral”.
¿Cómo sumarse a la iniciativa? Juan Pablo II se encomendó a María como protectora de la que él mismo denominó como “la causa de la vida”. Así lo expresa el Papa polaco a través de la oración final que elaboró para la encíclica ‘Evangelium vitae’, firmada el 25 de marzo de 1995, Día de la Anunciación. De forma explícita, Karol Wojtyla pide por los “ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad”.
“Oh María,
aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador
y amante de la vida”.
En ‘Evangelium vitae’, el Papa polaco denunció que “la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana”
“La eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante ‘perversión’ de la misma”, expone Juan Pablo II, que subraya cómo “es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y que nunca dio su consentimiento”.
Para Karol Wojtyla, normas como la que se busca aprobar en España, aun votándose “según las, así llamadas, reglas democráticas”, “en realidad estamos sólo ante una trágica apariencia de legalidad, donde el ideal democrático, que es verdaderamente tal cuando reconoce y tutela la dignidad de toda persona humana, es traicionado en sus mismas bases”. “¿Cómo es posible hablar todavía de dignidad de toda persona humana, cuando se permite matar a la más débil e inocente? ¿En nombre de qué justicia se realiza la más injusta de las discriminaciones entre las personas, declarando a algunas dignas de ser defendidas, mientras a otras se niega esta dignidad?”, se pregunta Juan Pablo II.
En ‘Evangelium vitae’, plantea cómo la llamada es uno de los síntomas más alarmantes de la “cultura de la muerte”. “La eutanasia, esto es, adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin ‘dulcemente’ a la propia vida o a la de otros. En realidad, lo que podría parecer lógico y humano, al considerarlo en profundidad se presenta absurdo e inhumano”, asevera el pontífice.