“La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina ha enviado por intermedio del Secretario de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri, una carta personal al Señor Presidente, Dr. Alberto Fernández, con motivo de saludarlo para la próxima Navidad”. Así fue, textualmente, el mensaje de la cuenta de twitter de la Conferencia Episcopal Argentina.
El saludo de la Comisión Ejecutiva al Presidente de la Nación es un tradicional gesto de fin de año. Por eso, llama la atención que este año no se pida la audiencia para visitar la Presidencia.
Desde el inicio de la pandemia, en varias ocasiones, los obispos de la Ejecutiva participaron de reuniones, en la Casa de Gobierno, con Alberto Fernández o con algunos de los miembros del gabinete, para establecer las medidas relativas a la suspensión de las celebraciones de culto.
Asimismo, el propio Presidente y algunos de sus funcionarios estuvieron presentes de varios eventos organizados por la Iglesia.
Sin embargo, a partir del envío del nuevo proyecto de ley sobre el aborto, los obispos decidieron marcar un distanciamiento con el ejecutivo y no visitarlo personalmente. En un comunicado, señalaron que era “insostenible e inoportuno cualquier intento de discutir la ley del aborto”.
Frente a la voluntad política del gobierno de aprobar rápidamente la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Iglesia argentina tomó la decisión de realizar gestos en favor de la vida no naciente.
En la reciente reunión de la Comisión Permanente se determinó que, el sábado 26, la Comisión Ejecutiva celebre una Misa a favor de la vida, en el Santuario de Nuestra Señora de Luján.
Además, solicitaron que, en todas las celebraciones litúrgicas del domingo 27 en todas las parroquias del país, se rece por esta intención. Para el lunes 28, convocaron a los fieles a una jornada de ayuno, oración y misa.
En cuanto al pendiente tratamiento legislativo sobre el aborto, el Senado de la Nación aprobó el dictamen y deliberará la media sanción de la ley el próximo 29 de diciembre, para su eventual aprobación definitiva.