Con el marco de la pandemia y en la última semana de Adviento, los obispos de la Patagonia-Comahue enviaron un mensaje de Navidad centrado en la esperanza. Los destinatarios son todos los hombres y mujeres de buena voluntad de la región, que sufren todavía las dolorosas consecuencias del aislamiento, en lo socioeconómico, en lo familiar y en lo personal.
El video contó con la participación de: Joaquín Gimeno Lahoz, obispo de Comodoro Rivadavia, y sus auxiliares, Roberto Álvarez y Alejandro Benna; Fernando Croxatto, obispo de Neuquén; Juan José Chaparro, obispo de San Carlos de Bariloche; Marcelo A. Cuenca, obispo de Alto Valle del Río Negro; Jorge García Cuerva, obispo de Río Gallegos; Esteban Laxague, sdb, obispo de Viedma; José Slaby, c.ss.r., prelado de Esquel; y Juan Carlos Romanín, emérito de Río Gallegos.
Los obispos patagónicos destacaron distintos puntos de la carta encíclica: “Nos abrazamos a esta tabla que ha sido ‘Fratelli Tutti’, del papa Francisco”.
En el mensaje, la Iglesia de la Patagonia señaló que, para devolver la esperanza, el camino es la cercanía y la cultura del encuentro (FT 30). Y que los gozos, las esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres, en especial de los pobres y de los que sufren, son las mismas que las que viven los discípulos de Cristo. “Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”, ratificaron.
Pidieron caminar en la esperanza, que es audaz, y está alejada de la comodidad, la seguridad y las compensaciones personales. “Caminemos en esperanza”, resaltaron.
Los prelados también destacaron la figura del otro, del hermano, que debe ser considerado, no por sus hechos o dichos, sino por la promesa que lleva dentro de él y que deja siempre un resquicio de esperanza. (FT 228)
Recomendaron sembrar el bien e iniciar procesos, aunque los frutos sean recogidos por otros. Como expresa FT, en su número 196, afirmaron que “La buena política une el amor a la esperanza”.
También propusieron escribir una nueva página de la historia, llena de esperanza, de paz y reconciliación, en donde cada uno es necesario porque juega un papel fundamental en un único proyecto creador (FT 231).
Tal como destaca FT, en su número 55, los obispos invitaron a la esperanza, independientemente de las circunstancias y los condicionamientos en que se vive.
Pidieron un corazón abierto para reconocer el bien y la belleza, para estrechar lazos de unidad, proyectos comunes y esperanzas compartidas.
Finalmente, señalaron la figura de María como modelo de la Iglesia servidora, en salida que acompaña, sostiene, tiende puentes, rompe muros y siembra la reconciliación (FT 276).
Además, se supo que los obispos, más allá del mensaje, están enviando una tarjeta navideña con el mensaje de ‘Fratelli Tutti’: “Lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar” (cf. 1 Co 13,1-13).