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Carolina Goic: “Construir puentes con la ciudadanía es el desafío en la política”





“Crecí con un papá muy ligado a la actividad política entendida como servicio, lo que nos marcó a mí y mis hermanos. Siendo chicos lo vimos trabajando con los campesinos en el proceso de reforma agraria. Desde niña yo tenía claro que quería trabajar por los demás y por eso elegí la profesión que tengo: trabajadora social. Mi interés de estar en contacto con la gente ha determinado mis opciones profesionales y políticas”, así describe el origen de su vocación la actual senadora Carolina Goic.



Desde 2014 hasta el 2022 representa la Región de Magallanes en el Senado de la República; antes lo hizo como Diputada por dos períodos entre el 2006 y 2014; y en 2017, su partido Demócrata Cristiano, que ella presidía, la designó candidata a la Presidencia de la República.

Además de su título de Asistente Social obtuvo un Magister en Economía en la Universidad Católica de Chile. Casada con Christian Kirk tiene dos hijas: Catalina y Alejandra. Entrevistada para Vida Nueva describió su intensa y rica experiencia en la política nacional.

PREGUNTA.- ¿Cuál ha sido su trayectoria de servicio público?

RESPUESTA.- Empecé en el Servicio Nacional de la Mujer, SERNAM, que hoy es el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y luego en la Secretaría de Planificación Regional que hoy es parte del Ministerio de Desarrollo Social. Hice reemplazos en varias áreas sociales que abordaban temas de discapacidad, pobreza, pueblos originarios, género, era la profesional que visitaba a las familias en esos temas. Hice una carrera muy bonita y llegué a ser Secretaria Regional del Ministerio (Seremi) de Planificación en Magallanes, en una época muy creativa desde el punto de vista social.

P.- ¿Algún programa que destaca de esa época?

R.- El Programa Chile Solidario, como sistema de protección social con una mirada más integral para quienes vivían situación de pobreza, fue muy interesante y de mucha proyección. Participé en su diseño y aplicación en la región. También participé en el catastro para las viviendas sociales progresivas articulando capacitación con otras áreas, tarea que también significó visitar a las familias.

Construir puentes

P.- ¿Entonces surge la candidata a diputada?

R.- Sí, estando como Seremi me ofrecieron ser candidata a diputada, lo que no estaba en mis planes, pero era un proyecto atractivo donde sentía que podía tener otras herramientas para trabajar en los temas que me interesaban. Cuando visité las casas por tercera vez decía que continuaríamos trabajando juntos, ahora con las herramientas que ofrece el Parlamento, siempre muy vinculada al trabajo en terreno. No tenía muchas expectativas porque no era una persona muy conocida en la Región, pero tuve muy buen resultado ya que obtuve la primera mayoría lejos.

P.- ¿Cuáles son esas otras herramientas o habilidades de una parlamentaria?

R.- En política, sobre todo en una actividad de representación, una nunca puede olvidar por qué está donde está: hay alguien que votó por una, que entregó su confianza. Por esto, para mí es muy importante mantener siempre el ‘cable a tierra’, escuchar a la gente. Para la política es vital hacer mucha calle, tener una perspectiva de mucha escucha, más que ir a entregar una propuesta. Es algo que siento que hoy le falta a la política, ya que se ha creado una suerte de burbuja, con una mirada artificial, llegar a creer que una tiene la interpretación correcta de lo que está sucediendo, lo que no siempre se da. La política tiene el desafío de construir puentes con la ciudadanía, sobre todo hoy que vivimos una época de más diálogo.

P.- ¿Qué evalúa como positivo de su gestión?

R.- Tengo la satisfacción de decir que contribuí a liderar proyectos que se transformaron en políticas públicas y que le han cambiado la vida, en forma permanente, a mucha gente. De mi período de diputada lo que más destaco es la Ley del post natal, que permitió pasar de 3 a 6 meses la licencia maternal. Es un gran aporte para las madres que pueden estar más tiempo con su hijo recién nacido. El valor de esa discusión no fueron los números que eran significativos, porque es un costo para el Estado, pagado con los impuestos de todos los chilenos, sino cuánto gana un niño en esa etapa de su desarrollo y la importancia de invertir en eso. Hoy hay más conciencia del valor que tienen los primeros años de vida para el niño, la importancia del apego y la incorporación del padre, donde lideré los cambios, incluso en la legislación laboral, para permitir la presencia del padre en ese período. Es una contribución que yo agradezco haber podido hacer porque veo que hay una gran tensión en la familia y las mujeres al tratar de conciliar vida familiar y laboral.

P.- Y, ¿en el Senado?

R.- Siendo senadora lo principal ha sido mi trabajo en la Ley Nacional del Cáncer que no sólo tiene que ver con la política pública para abordar esa enfermedad que a poco andar será la principal causa de muerte en Chile, pudiendo así salvar vidas ya que hoy 3 personas mueren por cáncer cada hora y una de ellas se podría salvar si tuviera diagnóstico oportuno y tratamiento apropiado. Fue una ley que surgió de la ciudadanía, con mucha participación, y busca establecer colaboración pública-privada, siendo un proyecto muy innovador. Tanto en el contenido como en el proceso es una contribución de la que me siento muy orgullosa de haber sido parte y protagonista. Mi paso por el parlamento ha sido un regalo: conocer Chile, encabezar una campaña presidencial, proyectar el país que uno quiere desde la mirada de la Región de Magallanes, proponiendo una perspectiva regional creativa. Todo eso lo recibo como regalo.

Búsqueda del bien común

P.- Usted anunció hace poco que no se presentará a la reelección.

R.- Soy partidaria de limitar la reelección de los parlamentarios porque creo que es sano. Además, es lo que nos pide la gente y lo dijo muy claro en el estallido social. Fui autora de una de los primeros proyectos para esta limitación, siendo diputada. Es importante también oxigenar, formar nuevos liderazgos en el parlamento. Todo esto me parece necesario cumplirlo yo, por eso he decidido que 16 años en el parlamento es suficiente, independiente del aporte que pueda seguir haciendo en otro espacio. No me voy de la política, es el espacio donde escojo servir y lo seguiré haciendo.

P.- ¿Qué frustración tiene en esta labor?

R.- Cuando veo la incapacidad para aprender lecciones. Es evidente que en el parlamento necesitamos hacer las cosas de otro modo y me sorprende la incapacidad de generar esos cambios. Las discusiones polarizadas, de trincheras, ya no sirven. Se ha perdido la centralidad de nuestra tarea que es responder a las necesidades de la gente, un diálogo donde las diferencias legítimas sean escuchadas porque el parlamento representa la diversidad de opiniones y miradas que hay en Chile. Eso es parte de la democracia. La construcción de acuerdos debe ser desde el respeto a esas diferencias y no desde la descalificación.

Hay prácticas en la política que no solamente no me representan, sino que le hacen mucho daño al parlamento y hacen que con justa razón la gente nos evalúe en los últimos lugares en las encuestas. Me frustra la incapacidad de darse cuenta de eso, cuando tenemos tantas oportunidades, como son el proceso constituyente que veo con mucho optimismo porque es la oportunidad de ponernos de acuerdo en el sueño de país que queremos los próximos 40 años. El parlamento debería estar dando la pauta para eso, para construir el país que no une, debería estar mostrando que es posible y creo que en sus actuaciones muchas veces está lejos de eso.

P.- Siendo así, ¿tiene sentido dedicarse a la política?

R.- La política, hoy día, más que nunca tiene sentido porque es la búsqueda del bien común, como nos plantea el papa Francisco en su última encíclica. Cómo hacer eso con valentía defendiendo posturas en forma dialogante, ese es el punto. Me entusiasma salir del parlamento y generar herramientas que sean puente hacia la ciudadanía. Es tan necesario, tiene mucho sentido en un mundo en constante cambio que va a necesitar que utilicemos las herramientas para mejorar la sociedad, y no para dejarnos capturar por la tecnología. La tecnología está al servicio del bien común, de poder ser mejores. ¡Cómo sacarnos las antiparras para ser actores en la construcción de una sociedad mejor para todos!, es mi mayor anhelo.

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