Hace más de un siglo, en 1913, don Ramón Ibarra y González, primer arzobispo de Puebla (México), acompañado por la ahora beata Concepción Cabrera de Armida, llevaron en peregrinación la imagen de la Virgen de Guadalupe a Jerusalén, la cual fue entronizada en la antigua capilla de la francesa Maison Notre Dame.
Siguiendo aquella tradición, desde el año 2000, un matrimonio poblano, Guillo y su esposa, habían manifestado su deseo de que la Virgen de Guadalupe se incorporase también a la centenaria tradición cristiana de Cataluña.
Pero tuvieron que pasar casi 20 años para que este sueño comenzara a hacerse realidad. Fue el 25 de octubre de 2019 cuando el actual arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa y una estrecha comitiva, llevaron la imagen hasta la Basílica de Santa María del Mar en Barcelona, España.
El sacerdote poblano Xavier Prado, publicó el pasado 20 de diciembre un artículo en la revista “Catalunya Cristiana”, en el que explica: “Primero, con alegría y prontitud, nos dijeron que sí. Luego, de repente, que no; y estaba justificado pues había desprendimientos del techo y la autoridad civil tenía redes de protección por toda la iglesia y andamios que interrumpían la libre circulación”.
Y continúa: “fuimos entonces a llevarla a la casa del obispo, junto a la catedral. Luego, como nuevos indios Juan Diego y bajo un sol de justicia, cargamos su imagen por las céntricas calles de Barcelona hasta llegar a la Basílica”.
Xavier Prado asegura que no faltaron quienes, enfadados, le hicieron el feo a la imagen: “que no había lugar para ella…; y me echaban puñales con su mirada. Yo decía en mi interior, la historia del Tepeyac se repite; hay que aguardar: se obrará el milagro cuando se recojan ‘las rosas de Castilla’, digo, las rosas de Cataluña. Y así fue”.
Tras la entrega de la imagen, la comitiva se trasladó a Roma para un encuentro presencial con el papa Francisco el 30 de octubre de 2019, quien, al conocer la iniciativa, confirmó la belleza de la misma y bendijo el logro de la primera etapa, aunque faltase la colocación material y espiritual de la imagen.
Recuerda el sacerdote poblano que el 6 de agosto de 2020, fiesta de la Transfiguración del Señor, recibió una “hermosa noticia”, en medio de los cinco meses de confinamiento que llevaba en México, pues actualmente reside en Cataluña.
El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, le comunicaba que la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe ya había sido entronizada en la Basílica de Santa María del Mar. “Y que deseaba enviarnos una fotografía del lugar preciso donde ella nos espera ‘en su casita de Barcelona, junto al mar’, para mostrar toda su compasión y su ternura“.
“Hoy, la milenaria iglesia de Santa María del Mar se ha hermanado con la centenaria iglesia de Santa María de Guadalupe. Cataluña y México unidos con un nuevo lazo; como hace años, ¡cuando mi nativa ciudad de Morelia recibió a una multitud de niños catalanes que huían de la guerra civil!”
Y concluye: “Hoy Santa María nos sigue regalando sus rosas que exhalan un perfume que cruza los océanos y queda fijado en la memoria de los pueblos. Podemos cosechar gratuitamente lo que no hemos sembrado, recogiendo ‘las rosas de Castilla’, ‘las rosas de Cataluña’, ‘las rosas de nuestra propia localidad’, ‘las rosas del planeta, nuestra casa común'”.