Los obispos de la Argentina, representados por la Comisión Ejecutiva, celebraron la Eucaristía en el Santuario de la Nuestra Señora de Luján, en el inicio de los tres días de oración propuestos para rezar por la intención de la vida no naciente.
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Durante este fin de semana y el lunes, la Iglesia argentina celebrará este triduo de oración y ayuno ante el inminente tratamiento de la sanción definitiva de la ley del aborto.
En Luján, estuvieron presentes, acompañando al titular del episcopado, Oscar Ojea, el vicepresidente 1°, Cardenal Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina; y Carlos Malfa, obispo de Chascomús y secretario general. Acompañó a la Ejecutiva, el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig.
Fragilidad y solidaridad
Durante la homilía, Ojea hizo mención al año que está terminando, un año “en el que toda la humanidad está atravesada por una crisis sanitaria que nos deja expuestos en todas nuestras fragilidades“. Y destacó que ante esta dura prueba, la solidaridad del pueblo argentino fue la nota más preciada.
Ante las iniquidades e insuficiencias, y hasta intereses mezquinos, rescató el espíritu solidario de muchas personas que se entregaron al cuidado y servicio de la vida de los demás. “Nos consuela mucho saber que el pueblo argentino ha elegido mayoritariamente cuidar la vida frente al rigor de este tiempo inédito“, aseveró.
No faltó el agradecimiento por el servicio de comedores y merenderos, por la tarea de los “esenciales” en los centros de salud, y por las “manos extendidas” que demostraron la interdependencia. El obispo señaló: “Nos necesitamos unos a otros”.
También mencionó a los laicos y voluntarios de Cáritas, miembros de organizaciones, pastores y sacerdotes que están acompañando las situaciones de vulnerabilidad de muchos compatriotas.
“No podemos ocultar nuestro dolor”
Luego, refirió al documento reciente “¿Por qué no renovar la esperanza?” para confirmar que que “Esta Navidad nos encuentra en un momento histórico donde necesitamos una ardua reconstrucción… Muchas cosas se han roto y necesitan ser sanadas“.
El Presidente de la CEA volvió a criticar el tratamiento parlamentario del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, aprobado por la Cámara de Diputados, y que será tratado por la de Senadores, a partir del próximo martes. “En medio de este contexto excepcional no podemos ocultar nuestro dolor ante el proyecto de ley del aborto“, confirmó.
Ojea insistió en la inoportunidad de la presentación de este proyecto: “Cuando hablamos de tiempo oportuno, nos referimos a la sabiduría de leer en profundidad lo que se está viviendo, la magnitud y la complejidad de la crisis que atravesamos, para poner nuestras mejores energías en resolver los problemas que nos urgen hoy”.
Mencionó, entonces, algunas necesidades urgentes: establecer acuerdos en lo socioeconómico; priorizar la tierra, el techo y el trabajo para todos; promover estilos de liderazgo que busquen siempre la unidad.
“No podremos construir si se le suelta la mano al indefenso, si se desconocen los derechos al más débil y al más pobre”, recalcó. Se trata de un principio de ética humana, sostenido por la ciencia y el derecho. Recordó que cuando el expresidente uruguayo y médico, Tabaré Vázquez, vetó la ley del aborto fundamentó su acción en el conocimiento del inicio de la vida y en su juramento para defenderla.
María, defensora de la Vida
Asimismo, Oscar Ojea, destacó la figura de María, nuestra Madre, que sabe de la vida amenazada de un niño, de la defensa ante los poderosos, de la compañía y del dolor. “Este año el pueblo argentino cuidó la vida, la protegió, la alimentó, la curó, la lloró, la defendió de la pandemia del hambre, de la falta de trabajo y de la miseria. Por eso estamos convencidos que, con María de Luján, el pueblo seguirá eligiendo siempre toda la vida y todas las vidas”.
Le pidió a la Virgen que detenga su mirada sobre los legisladores, que pueda provocar una serena reflexión en sus mentes y sus corazones para que no renieguen de sus convicciones más profundas, y para que los invitados al banquete de la vida sean recibidos por un pueblo que ofrece condiciones de equidad, sin que nadie sea excluido.
Finalmente, el titular de la Conferencia Episcopal, recalcó que “la Argentina de la pospandemia será fruto de haber entendido bien esta crisis y dependerá también de nuestra capacidad de revisar conductas, de aprender de lo vivido y de la necesidad de crear nuevos estilos de vida más solidarios y más fraternos”.