Los abuelos, protagonistas de la Jornada de la Sagrada Familia de este 2020

coronavirus, desescalada

En este 2020, la Jornada de la Sagrada Familia se celebra el 27 de diciembre, tal como marca la liturgia en el domingo siguiente a la Navidad. Con los ecos del fin de una año que ha dejado una pandemia mundial cuyas consecuencias apenas se comienza a intuir, los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida ha propuesto dirigir la mirada a los mayores. Por ello, “Los ancianos, tesoro de la Iglesia y la sociedad” es el lema de la jornada de este año.



Como es habitual, los obispos de la Subcomisión encabezados por su presidente, José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, han presentado una nota en la que destacan el valor que en la tradición ha tenido la sabiduría de los ancianos haciendo una llamada a que no sean los descartados de la sociedad. Además, los prelados recuerdan a los mayores que han sido víctimas de la pandemia del coronavirus. Para que sirva de lección, los obispos reclaman: “esmeremos nuestros cuidados por los ancianos que todavía están enfermos”.

“No tenían que morir así”

“Vimos lo que sucedió con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del coronavirus. No tenían que morir así”, denuncia el papa Francisco en su encíclica ‘Fratelli tutti’. Este pensamiento y un discurso de Benedicto XVI en el Encuentro mundial de las familias de Valencia hablando de los abuelos como “un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones” inspira la nota episcopal.

Los obispos destacan la solicitud de la Iglesia a través de las “congregaciones religiosas al servicio de los ancianos, asilos, voluntariado…” Pero, añaden, “ellos no son meros destinatarios de la acción pastoral de la Iglesia, sino sujetos activos en la evangelización”. Y es que están presentes en campos como el “de la caridad, el apostolado, la liturgia, la vida de las asociaciones y de los movimientos eclesiales, la familia, la contemplación y la oración, la prueba, la enfermedad, el sufrimiento, el compromiso en favor de la cultura de la vida”. Algo que es una gran testimonio para la familia.

“¡Qué necesario es en nuestros días recuperar la figura de los abuelos! Esto se concreta en que los abuelos son mucho más que los “niñeros” que se encargan de cuidar a los nietos cuando los padres no pueden atenderlos. Tampoco debemos verlos ni aceptar que sean meramente un sostén económico cuando vienen tiempos de crisis”, reclaman. “Los padres deberán educar a sus hijos en el respeto y la consideración de los abuelos siempre, ya que el amor del abuelo a los nietos, con su gratuidad, su cercanía, su espontaneidad, sus caricias y abrazos, es necesario para ellos”, recomiendan los obispos.

Los descartados

Volviendo a la pandemia, destacan que “entre estas víctimas ocupan un lugar privilegiado nuestros mayores. Aprendamos esta lección de la historia, ya que en una civilización en la que no hay sitio para los ancianos o se los descarta porque crean problemas, esta civilización lleva consigo el virus de la muerte”, señalan retomando una intervención del papa Francisco. “Esmeremos nuestros cuidados por los ancianos que están enfermos”, invitan. “Muchos de nuestros mayores, en la plenitud de su vida, elevan su mirada a la trascendencia, sabiendo discernir lo importante y prescindir de lo pasajero. Esta mirada suya es imprescindible en medio de esta sociedad que muchas veces se aferra a lo temporal y olvida nuestra condición de peregrinos en esta tierra que encaminan sus pasos a la eternidad”, prosigue el texto.

“No dejemos de educar para la muerte, que está en la esencia del ser; para la vejez, que forma parte de la existencia; para el sufrimiento y la dependencia, frente a la idolatrada autonomía, que nos ayudan a sentir la filiación y la humildad, y nos sitúan frente a Dios”, invitan los obispos.

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