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Cardenal Poli: “El aborto es un golpe a la esperanza”





“Ellos están para siempre en el reino de los vivos e interceden por todos los niños y niñas inocentes en peligro, y esta celebración, como todos están advertidos, coincide con las vísperas del día en que el Honorable Senado de la Nación debatirá el proyecto de Ley que pretende legalizar la muerte de los niños y niñas inocentes mientras se están gestando en el vientre materno“, dijo el Cardenal Primado de la Argentina, Mario Poli, en la fiesta de los Santos Inocentes.



Después de comentar el evangelio del día, afirmó que a los ojos humanos este texto puede parecer una página oscura, pero para la Iglesia, la muerte de los mártires inocentes solo adquiere sentido a la luz del amoroso plan salvador de Dios.

Consideró que la pandemia, con sus dolorosas consecuencias, “nos hace pensar en la dignidad de cada vida, nos recuerda cuánto vale un ser humano”. “Que la pandemia no nos deje iguales sino que nos vuelva más apasionados para defender toda vida: la vida de un anciano, de un discapacitado, de un enfermo, de un niño por nacer”, expresó parafraseando al Papa Francisco. 

“No necesita un aborto”

El Arzobispo manifestó que la agenda legislativa no brinda esperanzas a quienes esperan que el 2021 sea un año mejor. Hay muchas cuestiones sanitarias y sociales que se deben resolver. Y lo que se ofrece en este momento duro e incierto es el aborto, y eso es un golpe a la esperanza. “Estamos convencidos que una mujer vulnerable que está esperando, no necesita un aborto, sino que la ayudemos, que encuentre brazos y manos abiertos y solidarios”, aseveró.

Recordó al expresidente de Uruguay, Dr. Tabaré Vázquez, quien había señalado en el 2008, ante la Asamblea General: “De acuerdo a la idiosincrasia de nuestro pueblo, es más adecuado buscar una solución basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos.

“Lejos de ocuparse en legalizar el derecho a matar o interrumpir la gestación de un ser humano”, al Congreso le corresponde dictar un régimen de seguridad social para la protección de los niños en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del período de escolar, y de la madre durante el embarazo y la lactancia. Así, Poli evocó los derechos reconocidos por la Constitución Nacional y por los tratados internacionales sobre derechos humanos que obligan a proteger la vida del ser humano desde su concepción, ya que se lo reconoce como persona.

“Nuestra mayor fortuna”

El Cardenal recuerdó también que el Preámbulo de la Constitución preserva las dos vidas, la de la madre y la de la nueva y distinta persona que lleva en su seno, ofreciendo al Estado el aval y recursos necesarios para que cumpla con esta primera obligación de velar por el derecho a la vida, sin excluir a nadie.

“De prosperar leyes en contrario, una vez más nuestra Constitución quedará en letras, al arbitrio de intereses ajenos al pueblo, que en su gran mayoría siempre apuesta a cuidar el maravilloso acontecimiento de la vida naciente”, expresó Poli. Agregó que hasta la misma Academia Nacional de Medicina afirma que “El niño por nacer, científica y biológicamente, es un ser humano cuya existencia comenzó en el momento de la concepción”.

“¿Quién duda, que entre tantas riquezas naturales que cuenta nuestra Nación, los niños del presente, todos los niños y niñas son nuestra mayor fortuna?”, aseveró el Arzobispo porteño.

Poli reconoció que transitamos estas jornadas con fe y confiados en el bien que habita en el pueblo que es capaz de elegir la vida y la fraternidad, más allá de todo. Los creyentes, dijo, “confiamos en Dios, fuente infinita de esperanza”, y luego recordó las palabras de Francisco, en Fratelli Tutti: “la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna. Caminemos en esperanza“. 

Finalmente, pidió la mirada de la Virgen sobre esta causa y que los Santos Mártires Inocentes cuiden a todas las almas inocentes que están en el santuario materno y esperan participar de la fiesta de la vida.

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