Francisco quita toda competencia económica a la Secretaría de Estado del Vaticano, que se centrará a partir de ahora en las tareas de gobierno eclesial. Es más, vacía todas sus cuentas corrientes para ponerlas en manos de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (A.P.S.A.), el organismo de la Santa Sede que gestionará a partir de ahora todos los fondos, con la supervisión de la Secretaría de Economía.
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Así se certifica en el ‘motu proprio’ suscrito el pasado 26 de diciembre por Francisco y que hoy se ha dado a conocer. En el nuevo marco legislativo del Vaticano se justifica cómo “una gestión transparente y eficiente y una clara separación de competencias y funciones, representa un punto fundamental en la reforma de la Curia”.
Distribución de competencias
Aunque este trasvase ya fue anunciado hace aproximadamente un mes, es ahora cuando se le da forma a través de un documento en el que se apunta que al ‘ministerio’ dirigido por el cardenal Pietro Parolin “no le corresponde desempeñar esas funciones en asuntos económicos y financieros ya atribuidos por competencia a otros departamentos”.
Así, a partir del 1 de enero de 2021 el APSA estará al frente de “la propiedad de los fondos y cuentas bancarias, valores e inversiones inmobiliarias, incluidas las inversiones en empresas y fondos de inversión”. Es más, también le corresponderá gestionar “el pago de los gastos ordinarios y extraordinarios de la Secretaría de Estado de acuerdo con el presupuesto de la misma Secretaría aprobado sobre la base de la legislación vigente”, con las excepciones correspondientes sobre desembolsos urgentes o referentes a asuntos reservados. De esta manera, todas estas actividades estarán supervisadas por la Secretaría de Economía, que a partir de ahora también desempeñará la función de Secretaría papal para asuntos económicos y financieros.
Rápida transición
El ‘motu proprio’ marca además una rápida transición pues marca que “a más tardar el 4 de febrero” la Secretaría de Estado tiene que haber transferido todos sus activos tanto en las cuentas de IOR -o lo que es lo mismo, el banco vaticano-, así como aquellas cuentas en el extranjero.
Fuentes consultadas por Vida Nueva confirman que, no solo se ha contado con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y con todo su equipo para acometer esta división de poderes, sino que además ya se ha avanzado de forma significativa en todo el traspaso económico. Así, lejos de considerarse como un gesto de desconfianza y de limitación de funciones a Parolin, desde la propia Secretaría se ha impulsado la reforma, precisamente para que no se vuelvan a producir escándalos como el llamado ‘caso Becciu’.
El documento aterriza hasta tal punto en esta fusión de la hucha vaticana que crea una única cuenta denominada ‘Presupuesto General de la Santa Sede’ a la que transferir todo el dinero que esté disperso. En esta misma línea, crea también “una provisión presupuestaria denominada Fondos Papales”, que permitirá gestionar las cuentas del Óbolo de San Pedro, el llamado Fondo Discrecional del Santo Padre, así como otro tipo de fondos.