El Hogar San José de Teruel ha sido una de las primeras residencias en ser golpeada por la pandemia. Ayer también se convirtió en uno de los centros prioritarios en recibir la vacuna de Pfizer, así como el primer asilo regentado por religiosas en acoger las dosis en la histórica jornada para nuestro país: las hermanitas de los ancianos desamparados.
El estreno con la vacuna fue el más accidentado de la jornada de toda España. Si bien, la primera inyección estaba prevista para la cinco de la tarde, tuvo que retrasarse. ¿El motivo? Un problema en la temperatura de conservación.
La gerente del Salud en Teruel, Perla Borao, detalló a los medios de comunicación que la vacuna de Pfizer que había llegado sobre las 16:30 horas al centro de salud Teruel Ensanche estaba por debajo de la franja de temperatura marcada de entre 2 y 8 grados y por ello fue necesario contactar con los técnicos del fabricante para verificar todos los parámetros. Para Borao, se trata de un “momento esperanzador” en tanto que se trata del “único arma” contra el coronavirus.
El primero en recibir la inmunización fue el enfermero de la residencia Hogar San José Teruel Ángel Loras, de 45 años, y después ha sido vacunada una residente de 86 años, Concha Abascal.
“Hay que vacunarse, es un paso para intentar entre todos paliar esta pandemia. Es responsabilidad de todos”, explicó Loras que recibió la dosis junto a 94 residentes y otros 23 trabajadores.