SANTA CRUZ DE TENERIFE (ESPAÑA), 16/11/2020.- El Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife, tuvo un papel directo en la gestión del primer caso de coronavirus detectado en España, en enero en La Gomera; le tocó administrar el primer confinamiento de un hotel completo semanas antes de decretarse el estado de alarma en España y ahora se enfrenta a la segunda ola de la pandemia. De todo ello, en este centro sanitario han aprendido que el desafío que supone la covid-19 "no es un sprint, es un maratón". En la imagen, personal sanitario del hospital atiende a un paciente con covid-19 en la UCI. EFE/Ramón de la Rocha
El presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Vincenzo Paglia, ha denunciado que “es insoportable que los enfermos no reciban a nadie”. Así lo ha manifestado el arzobispo italiano en una entrevista a Radio Vaticana en la que recordó que “la gente no sólo muere de coronavirus, sino también de soledad y abandono”.
“Es una cuestión de civismo y humanidad”, reivindicó el responsable vaticano, que reclamó además el derecho a que tanto quienes están en los hospitales como los ancianos en las residencias reciban también la correspondiente atención espiritual.
En este sentido, puso como ejemplo una iniciativa aprobada en la región italiana de la Toscana que establece un protocolo de visitas para enfermos graves y muy graves, cumpliendo las medidas propias de la emergencia sanitaria.
“Sería verdaderamente cruel que una sociedad alargara la vida de las personas – dado que, afortunadamente, todos vivimos en condiciones normales quince o veinte años más que en el pasado – pero nos condena dramáticamente a vivir estos veinte años en el abandono y la soledad o, peor aún, encerrados en instituciones”, reflexionó Paglia ante los micrófonos de la emisora de la Santa Sede.
Es más, está convencido de que “si nuestros niños, nuestros jóvenes, vieran una sociedad que descarta o reduce a la gente a la basura -como al Papa Francisco le gusta recordarnos-, les estaríamos dando una muy mala lección”. “El cuidado de los demás es el corazón de la vida”, apostilló.