El predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, recibirá el 22 de enero en una ceremonia virtual el Premio CEU Ángel Herrera a la ‘Difusión de la Cultura Católica’. El galardón, promovido por la Asociación Católica de Propagandistas a través de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, reconoce al religioso capuchino, conocido en la esfera católica por orientar tanto las meditaciones de adviento y cuaresma, como los ejercicios de la Curia romana, con el Papa al frente.
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Esta responsabilidad la asumió de manos de Juan Pablo II en 1980 y ha sido confirmado tanto por Benedicto XVI como por Francisco. Cantalamessa tiene 85 años y después de cuatro décadas en el cargo, bromea sobre su “récord” de confianza papal: “Será difícil de igual, pero no sé si es envidiable”. “Los tres Papas son sabios, porque intuyeron que este era el lugar en el que yo podía hacer menos daño a la Iglesia”, bromea el religioso, al que le reclaman de todo el planeta para iluminar ejercicios espirituales, congresos, reuniones de religiosos, sacerdotes y laicos…
Diálogo entre religiones
La institución educativa ha querido reconocer a Cantalamessa, que fue creado cardenal el pasado 28 de noviembre, por “la gran tarea que ha desempeñado durante años a través del reconocimiento de la importancia de la Palabra de Dios, su interés en perseguir la unidad cristiana y su arduo trabajo por el diálogo entre religiones”. Y es que, tal es la reputación del fraile que en 2015 pronunció un sermón en el Sínodo general de la Iglesia anglicana en presencia de la reina Isabel II. “Fue uno de los momentos más significativos de mi ‘ministerio ecuménico’ de predicador”, admite.
No en vano, el capuchino ha sido profesor de Historia del Cristianismo Antiguo y director del Departamento de Ciencias Religiosas de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán, del que fue uno de sus fundadores. En 1979 abandonó la docencia universitaria para dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Desde el año 2009, vive en la Ermita del Amor Misericordioso en Cittaducale, en la provincia italiana de Rieti, prestando su servicio sacerdotal a una pequeña comunidad de monjas de clausura.
Junto a Cantalamessa, también serán reconocidos en esta edición, entre otros, el tenista Rafa Nadal, premiado en la categoría Ética y Valores “por su humildad, esfuerzo, disciplina y compromiso social”.
