La plaza del Congreso se empieza a llenarse de “celestes” y “verdes”. Crecen las convocatorias de oración, ayuno, de argumentos por la vida, los mensajes de whatsapp, la invitación a la vigilia y la misa en la calle, signos de una Iglesia preocupada por esta sanción que cambiará hasta la Constitución Nacional.
“El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura”. El Papa quiso hacerse oír en esta jornada tan especial y envió su mensaje, a través de la cuenta de @pontifex_es en Twitter.
Ya el día de Navidad había mencionado: “Un niño nos ha nacido (Is 9,5). ¡Ha venido para salvarnos! Él nos anuncia que el dolor y el mal no tienen la última palabra“.
La Conferencia Episcopal Argentina propuso, para los días posteriores a Navidad, un triduo de oración centrado en la vida no naciente. Aprovechando esta ocasión, los obispos fueron arengando a favor de esta vida, en las propias diócesis, mediante cartas pastorales, homilías, notas periodísticas.
A lo largo de estos días, se conocieron, entre muchas, algunas de estas expresiones:
Los monasterios de Argentina recibieron un pedido de oración de parte de los obispos. La carta fue firmada por el Secretario General del episcopado, Carlos Malfa: “En este particular momento histórico en que se debate en Argentina la posibilidad de poner fin a la vida humana inocente antes de su nacimiento, pensamos en ustedes que buscan incansablemente al Señor y nada anteponen a Él, para compartir la confianza en la fuerza de la oración que puede transformar los corazones y cambiar la realidad”.
Los religiosos y religiosas de argentina, a través de su equipo de reflexión, expresaron en su mensaje de Navidad: “La pequeñez, la debilidad, la sencillez, todo aquello que el criterio humano no evangelizado mira como ‘insignificancia’, todo eso, ridiculiza la ambición de los poderosos, la centralidad de los egoístas, la fuerza de los prepotentes, los deseos de la competitividad destructiva. La humildad, el servicio, el compartir, atemorizan y paralizan a los que buscan dominar, pero vitaliza y fortalece a los que quieren engendrar vida para todos. Toda vez que triunfa la vida es Navidad”.
Otras organizaciones vinculadas a la Iglesia también se manifestaron en favor de la vida.
La Acción Católica Argentina se preguntaba: “¿Regresaremos a la selección de quién vive o quién no? ¿de quién es persona y quién no lo es? ¿quiénes son sujetos de derecho?”.
Pablo Garat, decano de la Facultad de Derecho de la UCA, publicó en una columna de opinión: “Pero los niños pobres e indigentes no votan. Y lo que es peor: no tienen voz. Es el silencio de los inocentes. Que no escuchamos entre tanta estridencia inútil y superficial”. “Nos encontramos en las vísperas de una decisión legislativa que regularía como ‘política de salud pública’ la eliminación de los niños y niñas por nacer no deseados; transformando un delito en un derecho“.
La pastoral social de la diócesis de San Justo expresó también: “La opción por la vida nos compromete a actuar coherentemente en consecuencia. Esa opción fundamental debe expresarse en las opciones más pequeñas, a través de actitudes frente al otro, criterios y acciones concretas, sino todo será más de lo mismo. La ambigüedad genera duda, desconcierto, anti testimonio e hipocresía”.
Para esta larga tarde y madrugada de deliberaciones, en las inmediaciones del Parlamento, los celestes organizaron varias acciones: marchas, rezo del rosario, adoración del Santísimo y celebraciones eucarísticas a cada hora.