La decisión del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, de suspender las procesiones de Semana Santa de 2021 está generando reacciones de Norte a Sur en todo el país. Así, el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha admitido que, al menos en Valladolid de donde es obispo auxiliar, “no vamos a vivir un programa de procesiones como el que podíamos imaginar”. “Tampoco va a poder ser una Semana Santa normal”, ha augurado.
Consciente de que no será posible llegar al 28 de marzo, domingo de Ramos, con una distribución masiva de la vacuna y, por tanto, con un control de la pandemia definitivo, Argüello ha planteado la posibilidad de vivir la Cuaresma y la Pascua “de una forma sencilla y simbólica”.
En una entrevista concedida a Cope Valladolid, el prelado ha solicitado “imaginación” a las cofradías y hermandades en su propuesta de actividades con el fin de “hacer expresión pública de nuestra devoción a Jesucristo en la cruz; a María, al pie de la cruz; y de nuestra esperanza en la resurrección”.
Al menos, el portavoz de los obispos espera que, lejos de permanecer las iglesias cerradas como en la Semana Santa de 2020, el contexto permita llevar a cabo las celebraciones litúrgicas correspondientes “con mayor extensión y profundidad”.
Por su parte, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha valorado como “razonable y prudente” la decisión de de Sevilla de suspender las procesiones y ha explicado en rueda de prensa que ve “prudente” no programar actos que implique convocar a masas de gente.