La tarde del 1° de enero, Anthonela Maldonado Roa, una niña de tan solo cuatro años, fue secuestrada por un grupo de hombres armados en San Juan de Colón, del municipio Ayacucho, en el estado fronterizo de Táchira.
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Mario Moronta, obispo de San Cristóbal y primer vicepresidente de la Conferencia episcopal, ha pedido a sus captores que “la devuelvan sana y salva”, porque “nadie es dueño de la vida ni de las personas, sólo Dios”.
Solidaridad con familiares
“Apelo a la conciencia de cada uno de aquellos que han participado de este bochornoso acontecimiento, que el amor de Dios ilumine la voluntad y la conciencia de ustedes para que entreguen a la niña y se conviertan”, ha dicho.
El prelado ha expresado su solidaridad y cercanía con los familiares de la niña: “Les hago llegar mi oración para que Anthonela llegue pronto a su casa”, porque “ella es hija de Dios, pertenece a Dios y su lugar es su familia con sus padres”.
Hasta el momento las autoridades policiales andan tras la pista de los secuestradores y han pedido a la colectividad brindar cualquier información para dar con el paradero de la menor.
Foto: CEV