La canción ‘Un año más’ interpretada por Nacho Cano con Maryan Frutos, vocalista del grupo Kuve y el coro de la Escuela Jana sirvió de homenaje a las víctimas del coronavirus organizado por el Ayuntamiento de Madrid la noche del 31 de diciembre en una desierta Puerta del Sol debido a las restricciones sanitarias. Con mayor o menos atención mediática, hay algunos detalles religiosos que no han pasado desapercibidos.
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Sacerdotes alegres
El propio Nacho Cano ha comentado a personas cercanas que esa noche lleva al cuello un crucifijo especial, portado por uno de los 7 capellanes que atendieron a los enfermos de coronavirus en el hospital levantado en Ifema. Esa cruz fue utilizada mientras aportaban ayuda espiritual a los enfermos, como administras la Unción de Enfermos y la Comunión. El crucifijo también acompañó al antiguo componente de Mecano durante los dos ensayo previos a la actuación.
Junto con la canción del compositor se emitieron algunas imágenes de colectivos que han colaborado durante la pandemia como han sido los sanitarios o los bomberos. Ahí también aparecen, tal como diseñó Cano, un grupo de sacerdotes bailando en la madrileña parroquia de Nuestra Señora del Pilar, entre ellos Toño Casado, a petición del propio Nacho Cano. Con razón la canción hablaba ya de algún cura despistado.