Salvador Franco, líder indígena de la etnia pemón, un preso político de Nicolás Maduro, condenado por rebelión en 2019 tras asaltar un cuartel militar en el estado de Bolívar al sur de Venezuela, murió la mañana del 3 de enero por falta de atención médica en el internado judicial El Rodeo II , en el estado de Miranda.
El presidente de Foro Penal, Alfredo Romero, organización no gubernamental de derechos humanos, señaló que días previos habían denunciado el delicado estado de salud del líder indígena: “Lo dejaron morir ya que nunca fue traslado a un centro de salud, teniendo orden judicial desde el 27 de noviembre”.
“Da mucha tristeza y rabia a la vez”, ha dicho al respecto Saúl Ron Braasch, vicario general de la comisión de justicia y paz de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), quien asegura que “estamos en una situación de indefensión ante un Estado que actúa de manera criminal”.
La muerte de Salvador Franco pone en evidencia lo que diversos actores eclesiales vienen denunciando sobre la situación de las cárceles venezolanas. María José González, directora de Cáritas Los Teques, dijo en su momento a Vida Nueva que los presos políticos son procesados de manera exprés bajo condenas largas.
Junto con Salvador fueron privados de libertad sin el debido proceso 12 indígenas más, por lo que sus familiares temen que corran con la misma suerte, por ello imploran a la comunidad internacional para que sean liberados.
Foto: NTN24