El Vaticano y China renovaron por dos años más su histórico acuerdo para el nombramiento de obispos el 22 de octubre tras valorar la “buena comunicación y colaboración” de ambas partes en los dos primeros años de vigencia.
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La realidad es que la primera firma del acuerdo en 2018 puso fin a 60 años de desencuentros entre el Vaticano y el régimen comunista, y, además, allanó el camino para que Pekín reconociese como jefe único de la Iglesia católica al Papa.
Con todo, los católicos chinos esperan ahora la deseada visita del papa Francisco al gigante asiático. Un futurible viaje que convertiría a Francisco en el primer Papa en estar en esas tierras de visita apostólica. Tras confirmarse que Jorge Mario Bergoglio visitará Irak del 5 al 8 de marzo, ¿será también 2021 el año de China?
“Amor” por China
El último acercamiento del Papa fue en la rueda de prensa de su viaje de vuelta a Roma desde Japón y Tailandia (19-26 de noviembre de 2019), donde expresó su “amor” por China y su deseo de visitar el país.
China “aprecia el gesto de buena voluntad mostrado por el papa Francisco y está abierta a intercambios con el Vaticano”. Son las palabras del portavoz del Gobierno chino, Geng Shuang, al ser preguntado en ese entonces por la posibilidad de un viaje del Pontífice a Beijing, según recogía el diario oficial Global Times.
No obstante, el Papa mantiene al pueblo chino en sus pensamientos y oraciones. De hecho, en marzo de 2020, pocos días antes de confinarse por el coronavirus, Francisco les hizo protagonistas de su intención de oración para ese mes.
“La Iglesia quiere que los cristianos chinos sean cristianos en serio y que sean buenos ciudadanos”, dijo el Papa en un breve vídeo en el que ha vuelto a incidir en la importancia de no “hacer proselitismo” para, así, “alcanzar la unidad” verdadera en una comunidad católica que “está dividida”.