Este 5 de enero se instala la nueva Asamblea Nacional en Venezuela, elegida en unos comicios no reconocidos por la comunidad internacional, sin la participación de la oposición y sin las suficientes garantías, además de un inflado número de curules que favorecieron al chavismo. A todas estas ¿cómo quedará la institucionalidad en este país?
Arturo Peraza, sacerdote jesuita, vicerrector de la Universidad Católica Andrés Bello en el núcleo Guayana, entrevistado por radio Fe y Alegría, ha explicado que la institucionalidad en el país ha tenido proceso progresivo de descomposición “desde hace años y ha seguido avanzando, esa es la verdad”.
“Al final vamos a quedar en nada, es decir, estamos en una situación de vacío institucional que no significa vacío de poder”, ha asegurado
El jesuita, quien también es abogado, ha explicado que este quiebre de la democracia es de vieja data: “Cuando la oposición ganaba una gobernación le ponían un funcionario (protector) al lado, que no tenía ningún papel ni rol en el sistema constitucional, pero era una forma de violentarlo”.
Otro ejemplo de este abuso de poder se dio cuando le quitaron competencias al Distrito Capital “porque se inventaron una nueva ley donde ahora el Jefe del Distrito Capital lo nombra el presidente de la república y no la población”.
Asimismo ha recordado la forma inconstitucional de cómo Nicolás Maduro fue elegido en 2018 y la Asamblea Nacional Constituyente, cuyo papel fue decretar “una serie de leyes a conveniencia del gobierno”.
El sacerdote ha criticado fuertemente a la oposición agrupada en el llamado G4 de partidos políticos (Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y un Nuevo Tiempo) por su falta de unidad y cohesión en cuanto a la propuesta de continuidad del parlamento que preside Juan Guaidó.
Este es un intento vano –afirmó– esa propuesta de continuidad, porque “no tiene ningún rasgo de constitucionalidad, se puede recurrir al artículo 333 y decir que tengo que recuperar la institucionalidad y soy el único parlamento legítimamente electo, pero, insisto, el poder no es igual a la legitimidad”.
A juicio del jesuita la oposición no tiene “un horizonte claro para dónde tiene que dirigirse, no digo que sea fácil hacerlo”, no obstante “tiene que encarar el hecho de que este año hay elecciones de gobernadores y alcaldes”.
Foto: UCAB