No ha sido un día tranquilo el día de la Epifanía en la diócesis en la que se veneran las tumbas de los Magos de Oriente. Y es que el cardenal arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki, ha sido el centro de atención por cómo ha manejado una denuncia de abusos. Un informe que se ofreció consultar a 8 periodistas seleccionados a cambio de un acuerdo de confidencialidad que estos rechazaron al no poder informar sobre los datos más relevantes.
A Woelki se le apunta como artífice de dicho incumplimiento al no dar curso a la denuncia en 2015 tal como marcaban ya los protocolos. La diócesis, según ha publicado el portal Katholisch, mantiene la actuación frente a la denuncia con la que no se pudo identificar “limpiamente” a los responsables de los abusos –en palabras de uno de sus portavoces, Oliver Schillings– y por lo tanto no procedió a incorporarla en ninguna base de datos a tal efecto. Una medida incorporada ya en sus propios protocolos.
Schillings apeló a la presunción de inocencia. Para el portavoz, tras el estudio del caso por un bufete de abogados, en calidad de expertos en la materia, no es posible “entrar en controversias a prueba de tribunales o confirmar o dudar de una presunción de inocencia en sentido positivo”. La postura actual de Woelki es que se realice un nuevo informe por el abogado penalista Björn Gercke y no por el Westpfahl Spilker Wastl que realizó el anterior y que defiende sus conclusiones.
Para la diócesis la polémica se circunscribe a este cambio de profesionales des derecho. Schillings resume que “el foco de la discusión es la metodología utilizada por el bufete de abogados de Múnich” dejando siempre de lado la posible responsabilidad del cardenal, antiguo alumno de Benedicto XVI y uno de los más críticos con el rumbo de la Conferencia Episcopal Alemana o el pontificado de Francisco.
De hecho el portavoz confirmó que el purpurado no conoce el contenido de los informes: “Si ahora recibimos diagnósticos parciales, alguien ya está pidiendo a gritos una terapia, que no pudimos llevar a cabo de forma adecuada, apropiada y sólida. Por esta razón, el informe de Múnich sólo estará disponible para los responsables de la archidiócesis en marzo, cuando se esperan los resultados del nuevo informe”.
Como consecuencia de esta realidad, el cardenal Woelki ha decidido cerrar su cuenta de Twitter, una red social en la que estaba presente aunque, según ha informado la Agencia Católica de Noticias (KNA) no la había utilizado desde el pasado mes de mayo. Una cuenta que había sido abierta en julio de 2019 y que fue abandonando paulatinamente el purpurado.
Woelki mantiene aún su perfil de Facebook y está presente en Instagram, aunque su última aportación ha sido el 11 de noviembre. Sí que es fiel al vídeo ‘Palabra del Obispo’ que semanalmente elabora para el portal domradio.de.