Los obispos de Estados Unidos han reaccionado en tromba al caos mortal generado por el asalto al Capitolio auspiciado por Donald Trump que, por el momento, se ha cobrado la vida de cuatro personas.
A través de una declaración institucional, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), José Gómez, condenó la violencia y aseveró que “esto no es lo que somos los estadounidenses. El arzobispo de Los Ángeles recordó, con una velada condena a la agitación promovida en estos meses por el todavía presidente Trump, que “la transición pacífica del poder es uno de los sellos que caracterizan a esta gran nación”.
“En este momento preocupante, debemos volver a comprometernos con los valores y principios de nuestra democracia y unirnos como una nación bajo Dios”, expresó a modo de plegaria el líder de los pastores católicos norteamericanos: “Rezo por los miembros del Congreso, el personal de Capitolio, por la policía y todos los que trabajan para restaurar el orden y la seguridad pública”.
Gómez hizo además un llamamiento a los estadounidenses para que sean capaces de encontrar “caminos de la paz” desde “la sabiduría y la gracia de un verdadero patriotismo y amor a la patria”.
En esta misma línea, se manifestaba también el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, que no dudó en apuntar directamente a Trump: “Quienes recurren a una retórica incendiaria deben aceptar cierta responsabilidad por incitar a la creciente violencia en nuestra nación”.
En este sentido reclamó a la ciudadanía y a los responsables políticos “un parón intencional y rezar por la paz en este momento crítico”. “El tono de división que ha dominado recientemente nuestro diálogo nacional debe cambiar”, aseveró el prelado.
“Nuestro Capitolio es un terreno sagrado y un lugar donde personas durante los últimos siglos se han manifestado con razón, representando una amplia variedad de opiniones”, comentó en un texto en el que condenó el suceso y acompañaba su oración por los trabajadores del Congreso. Por ello, apuntó que “los estadounidenses debemos honrar el lugar donde se debaten y deciden las leyes y políticas de nuestra nación”. “Deberíamos sentirnos violados cuando el legado de libertad consagrado en el Capitolio es atacado y profanado”, añadió.
“Estamos llamados a ser un pueblo de valores democráticos que respete las opiniones de los demás, incluso cuando no estemos de acuerdo con ellos”, compartió, a la vez que invitó a la los católicos a “reconocer la dignidad humana de aquellos con quienes no estamos de acuerdo y tratar de trabajar con ellos para garantizar el bien común para todos”.
La reacción de Gómez y Gregory no ha sido la única en las últimas horas ante la turba mortal que ha obligado a suspender la sesión del Congreso que debía ratificar a Joe Biden como presidente. ¿El más contundente? El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone: “A las muertes por una pandemia y la destrucción causada en los medios de vida de las personas, no necesitamos añadir un intento de guerra civil”.