“Expresamos nuestro profundo pesar y malestar ante el anuncio del cierre del Hogar para adolescentes mujeres ‘Madre Teresa de Calcuta’ de la Asociación Civil Una mano que ayuda”, dijeron los miembros de la Red Sur, que integra el obispado de Quilmes, entre otras organizaciones.
El Hogar se encuentra en la localidad de Berazategui, y desde hace 25 años trabaja en iniciativas vinculadas a la promoción de la infancia de la mujer.
La Hna. Caterina Renza Bono, de las Hermanas de San José de Cúneo, inició el hogar en enero de 1996, con una dedicación presencial diaria, al cuidado y protección de las adolescentes, y con la colaboración de líderes sociales que luchan por restaurar los derechos de niños y adolescentes.
Hasta la actualidad, la misión de la religiosa garantizaba la estabilidad y la cercanía en el acompañamiento de estas mujeres. Ahora, a la falta de financiamiento se suma el retiro de la hermana y la falta de recursos suficientes para pagar a personas por una dedicación tal o para cambiar el modelo.
La Red Sur de Organizaciones Sociales y Comunitarias de los distritos de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela está formada por el Obispado de Quilmes, Caritas Quilmes, Fundación Padre Obispo Jorge Novak, Congregación Evangélica Argentino Germana Buenos Aires Sur, Red Enrique Angelelli, Asociación Hijos del Campo, Fundación Proyectando Esperanza, Red de Solano ‘Mi tiempo en tus manos’, Centro de Desarrollo Integral ‘Pancita Felíz’, Centro Ruca Hueney, Centro Cultural y Educativo Juanita Ríos, Asociación Civil ‘Luchemos por ellos’.
“El cierre está motivado por la insuficiencia del financiamiento que lleva al ahogo financiero a entidades del sector social, a pesar de los esfuerzos, la entrega y servicio de sus referentes”, expresaron en la solicitada. Criticaron la falta de vigencia del sistema de promoción y protección de los derechos de los menores, la desarticulación institucional, la falta de recursos, y el abandono de estas instancias.
Comentaron, ademas, que son las organizaciones comunitarias de infancia y los hogares quienes responden a las numerosas deudas sociales que pesan sobre los menores: abordaje comunitario ante la pobreza e indigencia, la fragmentación de las familias, las patologías sociales, la agresión directa por abuso sexual y maltrato en los ámbitos familiares.
Frente a estas problemáticas, aseveraron que no hay respuestas directas por parte del gobierno y sus instancias; no hay financiamiento y tampoco acompañamiento socio-comunitario, seguimiento y resolución de situaciones nutricionales, sanitarias, educativas, de esparcimiento y recreación y culturales.
Finalmente, la Red solicitó al gobierno “un renovado compromiso con la realidad de la infancia, una mayor articulación con los actores sociales para el abordaje, el reconocimiento de los trabajadores sociocomunitarios, un aumento del financiamiento para iniciativas comunitarias… y una política que observe particularmente la fragmentación de las familias como un factor determinante para orientar las políticas de infancia“.