“A ninguno lo bautizaron cura u obispo. A todos nosotros nos bautizaron como laicos. Laicos y laicas son protagonistas de la Iglesia”. Lo decía en su vídeo del Papa de octubre… y no eran solo palabras. Ni siquiera un gesto. Es un hecho. Francisco continúa avanzando en la corresponsabilidad de los seglares en las estructuras eclesiales y, por eso, hoy mismo ha nombrado a Vincenzo Buonomo como presidente de la Comisión Disciplinaria de la Curia romana.
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Se trata de la primera vez en sus 40 años de vigencia que este órgano es liderado por un laico, que será ahora el encargado de sancionar a quienes revelen secretos o acepten sobornos en el Vaticano, entre otros delitos. Y es que hasta hoy, según recoge el artículo 6 del reglamento de la Comisión, solo un cardenal u obispo podía presidir el ente. Su último presidente fue el prelado Giorgio Corbellini, hasta su fallecimiento en 2019, fecha desde la que el Papa mantenía al órgano en sede vacante.
Para esta tarea, según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, contará con la ayuda del sacerdote argentino Alejandro W. Bunge, presidente de la Oficina de Trabajo de la Sede Apostólica, y el español Maximino Caballero, secretario general de la Secretaría de Economía.
Con experiencia en la ONU
El Pontífice desclericaliza un poco más su equipo y descarga esta responsabilidad en el actual rector de la Pontificia Universidad Lateranense –donde también ha sido el primer laico al frente de la institución–. El jurista italiano de 59 años tiene una amplia trayectoria en las delegaciones de la Santa Sede ante organismos internacionales, como la ONU, la FAO o la Comisión Europea.
Francisco muestra su confianza en el catedrático de Derecho Internacional, que desde hace más de seis años es también uno de los cinco miembros del Consejo de Estado de la Ciudad del Vaticano.
