Amenazado por el repique de sus campanas. El párroco de Nuestra Señora de Fátima, en el barrio murciano de Vistabella, ha sido denunciado en los últimos diez años en varias ocasiones por el ruido de su campanario, pero las últimas semanas, las advertencias han subido de tono y ha sido el propio cura quien lo denuncia.
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“Esta situación me ha alarmado, he tenido varias situaciones en la vía pública de personas sobre todo mayores que llevan tiempo viviendo en el barrio. Se meten conmigo y dicen que la iglesia está molestando por el ruido de campanas”, afirma Jerónimo Sánchez Bernal en declaraciones a La Opinión de Murcia.
Según el sacerdote de la diócesis de Cartagena, está viviendo un “acoso” después de que se le ocurriera reproducir un carrillón de campanas de villancicos esta Navidad.
Campanas con volumen “al mínimo”
Las campanas están programadas y son automáticas, funcionan con un sistema electrónico que permite controlar el volumen del sonido, un volumen que está al mínimo y no sobrepasa los decibelios permitidos, según el párroco. Suenan de ocho de la mañana a diez de la noche y marcan cada cuarto, media hora, hora en punto, el ángelus y las misas.
“Si creen que hay que darle otra solución, que vengan los técnicos del Ayuntamiento y que se tomen las medidas oportunas”, explica el cura al citado medio.