Esta decisión “nos exige disponernos a superar estereotipos y concepciones de género fuertemente arraigadas y que, históricamente, han relegado a un segundo plano el rol y el aporte de la mujer. Paralelamente es preciso buscar y establecer los mecanismos que hagan cada vez más factible dicha incorporación”, expresó Rafael Sotomayor, director de Gestión Académica de esa facultad.
Por esto, “nos parece pertinente una nueva vía de admisión que incentive nuevos espacios para la mujer en la Iglesia, permitiendo preferentemente a religiosas y laicas consagradas que no cuenten con los recursos económicos, el poder estudiar Teología”, agregó.
Hace un año, en enero del 2020, los profesores de la Facultad de Teología se reunieron en su jornada anual de trabajo y planificación centrada —esta vez — en la participación de la mujer en la academia y en la teología. Esa vez participó, como apoyo, la Dirección de Equidad de Género de la Universidad.
Una de sus conclusiones relevantes fue que se consideró fundamental lograr una distribución más equitativa en la composición del estudiantado y en la participación de profesoras en la planta académica, en sintonía con los lineamientos de equidad de género que la Pontificia Universidad Católica está implementando.
Un factor fuertemente presente en esa reflexión fue que hasta ahora la teología ha sido estudiada y desarrollada principalmente por hombres (clérigos y religiosos), lo que sin duda ha fortalecido, desde el punto de vista del conocimiento, su ámbito exclusivo de poder y autoridad en la Iglesia. Por ello, se evidenció la importancia de contribuir a superar progresivamente la asimetría de conocimiento en la reflexión teológica, favoreciendo así una mayor equidad al interior de la estructura eclesial.
Según reporta el portal iglesia.cl, en el proceso de análisis de este tema también estuvo presente la crisis por la que actualmente atraviesa la Iglesia Católica y que tiene también componentes teológicos, modos de comprender y formular que deben ser abordados. En este sentido, se afirmó, incentivar el estudio y desarrollo de la teología por parte de las mujeres tiene una incidencia directa en la construcción de espacios de mayor participación en la Iglesia, y probablemente en la resolución de varios de los desafíos que la presente crisis plantea.
Esta decisión se llevó a la práctica experimentalmente durante ese mismo año 2020 cuando en la admisión al primer semestre se consideró el ingreso de cuatro mujeres: tres religiosas y una laica, beneficiadas con la beca Equidad de Género.
Para poner en marcha esta experiencia se realizó una reunión con superioras y formadoras de congregaciones religiosas femeninas, donde se constató tanto el interés por estudiar teología como las dificultades para poder concretarlo en Chile, siendo el factor económico el más determinante. Allí se determinó el modo cómo se procedió a la selección de las postulantes que se incorporaron.
Pese a las dificultades provocadas por la pandemia y la educación remota, las estudiantes ingresadas por esta vía tuvieron un desempeño académico satisfactorio durante el primer semestre con buenas calificaciones.
Con esta positiva evaluación de la experiencia inicial, se ha abierto la postulación para el año académico 2021, ahora también a mujeres laicas, además de consagradas.