Su blog microBIO fue calificado como uno de los 25 mejores espacios donde informarse sobre virología del mundo. Ignacio López-Goñi cuenta sin complejos lo que sabe en cada uno de sus libros, entre los que destaca ‘Virus y pandemias’ (Almuzara).
PREGUNTA.- ¿Qué le diría a los escépticos con las vacunas?
RESPUESTA.- Uno no se debe vacunar porque lo diga el ministro o la empresa que fabrica las vacunas. Hay que recordar que las agencias evaluadoras valoran el riesgo-beneficio: el beneficio de la vacuna debe ser razonablemente mayor que el riesgo del coronavirus. Uno debería valorar qué prefiere: más de 74.000 muertos que está dejando el coronavirus y sus “efectos colaterales” en España o algún posible efecto secundario grave por la vacuna. La probabilidad de que te contagies con SARSCoV2, de que enfermes con consecuencias graves e incluso mortales y de que contagies a otros es mayor que los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna. Yo me vacuno para proteger a mi hija que está embarazada, a mis nietos que son pequeños y a mi suegra que tiene ya más de 80 años.
P.- Habrá vacunas para todos, pero ¿cuándo?
R.- 2021 va a ser un año largo e intenso. El mensaje no es que la vacuna nos solucionará todo de forma inmediata, no es una varita mágica. Habrá vacunas, varias, pero se tardarán meses en administrar y que vayan haciendo efecto poco a poco. Paciencia. Mientras, hay que seguir con las medidas de control para minimizar el efecto del virus.
P.- Con las evidencias actuales, ¿se puede descartar que el COVID-19 se originó en un laboratorio?
R.- Aunque hoy tenemos la tecnología para diseñar un virus en el laboratorio, creo que el SARSCoV2 es de origen natural. La naturaleza tiene suficientes recursos para generar este y cualquier otro virus pandémico. Los coronavirus son virus de animales, que saltan de una especie a otra con facilidad. Ya ha habido episodios anteriores. Primero, fue el SARS que procedía de murciélagos, de ahí se adaptó en civetas y pasó al ser humano. Luego el MERS, de murciégalos a dromedarios y de nuevo al ser humano. Y ahora el SARSCoV2. Los mismos coronavirus que causan catarros comunes también tienen su origen en animales. Si el SARSCoV2 fuera artificial se habría hecho de otra forma. (…)