Es frecuente leer a Fernando Chomalí, arzobispo de Concepción, en el principal diario de su región, El Sur. Allí expone sus reflexiones sobre la actualidad local y del país, o sobre temas activos en el debate público. Este domingo 17 lo hace en una entrevista con el director del diario, Guido Rodríguez.
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Consultado por los ajustes en la acción pastoral debido a la pandemia, el arzobispo expresó que “la experiencia ha sido positiva. El realismo nos ha hecho decir: esto es lo que tenemos y a partir de esto seguiremos con nuestra misión. Además, pese a la distancia física paradójicamente hemos estado más activos que nunca en la Pastoral Social y hemos tenido durante todo este año comedores, ollas comunes, una sede para mujeres migrantes con hijos, hemos abierto nuestros hogares para personas en situación de calle”.
También se refirió a las dificultades que enfrentan obras sociales iniciadas hace pocos años y que la pandemia ha complicado. Una de ellas es la lavandería industrial en la que trabajan jóvenes con síndrome de Down. “Hemos hecho un gran esfuerzo por continuar con la obra y hemos recibido donaciones, dice Chomalí. La ley de donaciones del Covid nos ha ayudado, así como la ley de donaciones para personas con discapacidad”.
Especializado en Bioética
Fernando Chomalí Garib tiene 63 años; recibió el título de ingeniero civil en la Universidad Católica en 1981 y tres años después ingresó al Seminario de Santiago. Ordenado sacerdote en 1991, obtuvo su Licenciatura en Teología Moral en la Academia Alfonsiana, de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma en 1993, y en 1994 el grado de Doctor en Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1998, obtuvo el Master en Bioética por el Instituto Juan Pablo II, de la Pontificia Universidad Lateranense. Desde el año 2001 es Miembro de la Academia Pontificia para la Vida y desde el año 2010 integra su Comité Directivo.
El año 2006 fue consagrado obispo y designado auxiliar del Arzobispo de Santiago. En 2011 fue nombrado arzobispo de Concepción.
En su conversación con el director del diario “El Sur” abordó también la situación del país. “Chile adolece un problema de base que es muy grave y es que no tiene un proyecto país y una visión de lo que significa el ser humano y la comunidad, afirmó el arzobispo. Es decir, a nosotros nos han enseñado que la vida es una competencia, que cada uno se las arregla como puede y que el sistema se va a encargar de nivelar. Eso no funciona y hoy ha quedado más claro que nunca”, expresó en referencia a los efectos de la pandemia.
“No estamos solos”
Chomalí también se refirió a las oportunidades que representa el proceso constituyente que está próximo a iniciarse en Chile. “Primero, creo que el plebiscito y las posteriores elecciones primarias dejaron lecciones importantes. La primera es que el pueblo de Chile no está contento con sus líderes políticos y eso amerita una reflexión muy profunda”, indicó.
A continuación, el arzobispo señala que “la nueva Constitución puede ser una buena oportunidad para tener un marco de referencia respecto de los derechos y deberes, el poder y sobre todo cómo nos vamos a comprender como sociedad. Lo que sí, sería un engaño creer que con la nueva Constitución se van a solucionar los problemas que la mayoría de las personas tiene hoy”.
Ante el complejo escenario actual el arzobispo de Concepción expresa su visión optimista: “Creo que hoy es un momento extremadamente propicio para reconocer que no estamos solos, que nos debemos uno al otro y que todo lo que hagamos va a repercutir positiva o negativamente en los demás. Por lo tanto, la invitación es a actuar pensando en la gente que queremos y eso implica la distancia física y un esfuerzo que vale la pena”, finalizó Chomalí.