Durante la campaña que lo postulaba como nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden prometió diversidad para el próximo gobierno. Y ha cumplido. Durante los próximos cuatro años, el que es el segundo presidente católico del país estará rodeado de asesores y compañeros de gobierno que representan la gran diversidad racial y cultural de los Estados Unidos: judíos, inmigrantes, cristianos, nativos americanos… Y una vicepresidenta que no solo es la primera mujer en ostentar el cargo, sino que además es afroamericana.
Sin embargo, hay un denominador común en la nueva administración: el elevado número de católicos que hay en ella. “Nunca ha habido tantos católicos en el gobierno de Estados Unidos”, ha apuntado en twitter Steven Millies, director del Centro Bernardin de la Unión Teológica Católica en Chicago. “Una gran oportunidad para restablecer la relación entre el catolicismo y nuestra política”, subraya Millies. Y es cierto, varios de ellos se han declarado abiertamente católicos, e incluso fervientes seguidores del papa Francisco. Aquí, la nueva generación de dirigentes católicos de los Estados Unidos:
Este general retirado del ejército no solo será el encargado de dirigir el Pentágono, sino que además es el primer afroamericano en desempeñar un cargo para el que habrá que concederle un permiso especial. Y es que la Ley de Seguridad Nacional de 1947 establece que los oficiales militares no pueden servir en el gobierno hasta que pasan siete años desde que abandonaron el servicio militar. En el caso de Austin, tan solo han pasado cuatro.
Para solucionarlo, el Congreso debe aprobar que se levante temporalmente esta prohibición para él específicamente. Aunque no es la primera vez que ocurre: se ha hecho dos veces anteriormente, en 1950 con el general George Marshall y en la anterior administración, en 2017, con el general de la marina Jim Mattis.
Denis McDonough proviene de una familia migrante y, como tal, fue educado en el seno de una familia católica irlandesa. Tiene dos hermanos que son sacerdotes católicos. Actualmente está casado y es padre de tres hijos.
Será el director del Departamento de Asuntos de Veteranos, si bien es el segundo no veterano en desempeñar este puesto. Su relación con Joe Biden comenzó en la última legislatura de Barack Obama, cuando sucedió a Jack Lew como jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Estaba presente, junto a Biden, en el momento en el que el ejército estadounidense capturó a Bin Laden. En distintas ocasiones ha relatado cómo fue aquel momento, revelando que recuerda haber visto a Biden rezar, con su rosario en la mano, durante toda la operación militar.
Marty Walsh ha sido alcalde de Boston, y ahora desempeñará el cargo de secretario de Trabajo. Al igual que Biden, asiste a las misas dominicales de forma habitual. De hecho, como él mismo ha explicado, desde muy pequeño ha estado muy ligado al catolicismo gracias, particularmente, a su madre.
Fue monaguillo durante varios años, y ya cuando desempeñaba su puesto en Boston fue uno de los 35 alcaldes de Estados Unidos elegidos para reunirse en Roma con el Papa y hablar sobre el cambio climático y la trata de personas. Se presentó ante Francisco con una bolsa de deporte llena de rosarios que sus amigos y familiares le habían entregado para que los bendijera el Santo Padre.
La gestión de la pandemia del Covid-19 pasará a estar a manos de Xabier Becerra, hijo de inmigrantes mexicanos, como director del Departamento de Salud y Servicios Humanos de la administración Biden. No solo es el primero de su familia en graduarse en la universidad –Stanford–, sino que a los 24 años ya era congresista en California.
Ha sido, durante la campaña electoral, el copresidente de Católicos por Biden, aunque su postura ante el aborto ha sido duramente criticada –como la del propio presidente– por parte de los grupos pro-vida. Sin embargo, dentro de sus líneas de interés principal se encuentran muy alineadas con las peticiones de Francisco, como la acogida y protección de los inmigrantes, el medio ambiente y garantizar la atención médica para todos.
Perteneciente a la familia Forbes, Biden ha nombrado a este católico para hacer frente al cambio climático. O, al menos, para echar atrás los actos de la administración Trump en este sentido –la cual sacó al país más contaminante del mundo de los Acuerdos de París, en los cuales Kerry tuvo un papel decisivo–.
De esta manera, el papel de John Kerry, quien ha alabado en numerosas ocasiones la encíclica Laudato si’, se verá centrado en velar por que se cumplan las promesas de la campaña de Biden: modernizar la infraestructura energética y bajar a cero las emisiones de CO2 del país para 2050.
“La idea de que cada individuo es igual a los ojos de Dios o que cada persona está hecha a la imagen de Dios, eso es poderoso. Es la base de la concepciones de los derechos humanos, sean derechos civiles y políticos o bienestar social y económico”, son palabras de la nueva directora de la Agencia Norteamericana para el Desarrollo, Samantha Power, en una reciente entrevista con US Catholic. Toda una declaración de intenciones para un país que pretende tomar parte activa del desarrollo de los más empobrecidos.
La gobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo, con un perfil entre lo político y lo económico es, tal vez, la apuesta más conservadora de Biden. Aun así, firmó la Ley de Privacidad Reproductiva, la cual permite el acceso libre en el Estado al aborto en cualquier momento hasta la “viabilidad del feto” o cuando la madre esté en riesgo.
Una postura que, como a otros compañeros de la nueva administración, le ha valido numerosas críticas. Sin embargo, Raimondo ha subrayado que el aborto es un tema complicado en el que “hay gente buena y con principios en ambos lados del tema”, señalando, además, que es necesario velar por la “seguridad reproductiva” de la mujer.
Tal vez Debra Haaland sea el caso más extraordinario de la administración Biden. La nueva secretaria de Interior de Estados Unidos es la primera mujer indígena americana en desempeñar este puesto. No solo eso: es la primera indígena en alcanzar un rango similar en la historia de Estados Unidos.
Hasta ahora era congresista por Nuevo México y es, además, la opción más progresista del presidente: católica, abiertamente feminista –y muy preocupada por los abusos hacia las mujeres, especialmente las racializadas–, comprometida con el medio ambiente y firme defensora del Obamacare. En sus manos estarán, a partir de ahora, la gestión, entre otros asuntos, de los recursos naturales del país, así como su patrimonio cultural.