En cartas al diario El Mercurio varias personas expresan sus dificultades para asistir a misas presenciales y comparan con lo que ocurre en centros comerciales y en las calles donde casi no se respetan las medidas sanitarias de distancia física o disponen de un mayor aforo.
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“¿Dónde están las palabras de los obispos?”, se preguntan tres mujeres en carta publicada el sábado 16. “Se les está dando una oportunidad en bandeja para reivindicar sus errores del pasado, para sacar la voz por nosotros y ser profetas de verdad”, agregan.
En otra carta, su autora propone “hacer misas en los malls, centros comerciales y parques ya que tienen un aforo mayor”.
Legítimas aprensiones
El mismo diario “El Mercurio” del domingo 17 incluyó una también una carta firmada por los directivos de la Conferencia Episcopal de Chile: Santiago Silva, presidente; René Rebolledo, vicepresidente; y Fernando Ramos, secretario, en la que responden a los lectores. La inician diciendo que “varios lectores han expresado en este medio sus legítimas aprensiones por los reducidos aforos con que las disposiciones sanitarias siguen limitando a los cultos religiosos, en relación a otras actividades. Resulta difícil entender cómo a veces concurren muchas personas a algunos lugares, mientras que no se permite que asistan más de 10 personas a un templo espacioso”.
Agregan a continuación que “por la importancia que reviste la Eucaristía, los sacramentos y la vida espiritual, no sólo para los pastores sino para todo el pueblo de Dios, desde hace meses hemos hecho presente a la autoridad nuestro deseo de poder ir recuperando, apenas sea posible, el carácter comunitario de la fe compartida que se traduce en las ceremonias presenciales”.
La vida es sagrada
También dan cuenta de gestiones realizadas antes de Navidad con el fin de aumentar las posibilidades de celebraciones presenciales con mayor número de fieles. Agregan que muchos templos tienen un tamaño que hace posible mayor cantidad de fieles cumpliendo las normas sanitarias. “Aunque las últimas disposiciones, dicen los obispos, permiten una mayor presencia de fieles en los pasos menos críticos, consideramos que muchos lugares de culto ofrecen las condiciones y garantías para acoger a un mayor número de fieles como ocurre en otras actividades”.
“Creemos que la vida es sagrada, concluye la carta de los obispos, por eso cuidarla es nuestra mayor preocupación en este y todo tiempo. Seguiremos en diálogo con las autoridades para ayudar a que los creyentes podamos reencontrarnos lo antes posible. No buscamos ningún privilegio y sabemos que es la autoridad sanitaria, escuchando a los expertos de la salud y a los grupos afectados, la que mejor puede ponderar las medidas para el conjunto de la sociedad. Invitamos a nuestras comunidades a perseverar en la oración, a actuar con humildad y respeto, y a no dejarnos llevar por la impaciencia ante la grave situación que nos aqueja”, finalizan.
