El sacerdote Rubén Pérez de Ayala ha fallecido en el Hospital de La Paz esta madrugada, donde permanecía en estado grave debido a las quemaduras. En torno a las 15:00 horas de ayer, una fuerte explosión asustaba a los vecinos. ¿El origen? El edificio donde residen sacerdotes del Camino Neocatecumenal, de seis plantas, que se encuentra al lado de la residencia de mayores Los Nogales La Paloma y el colegio de La Salle La Paloma –donde nadie ha resultado herido–.



David Santos Muñoz, electricista de 35 años, padre de cuatro niños y feligrés de la parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real también ha fallecido en la explosión que ha destrozado el edificio perteneciente a la parroquia en la madrileña calle de Toledo. Según ha confirmado el Arzobispado de Madrid, el joven había ido a echar una mano.

Mientras, los otros dos curas, Gabriel Benedicto y Alejandro Aravena, se encuentran bien. En total, son cuatro los muertos a causa de un previsible escape de gas al arreglar una caldera –una mujer de 85 años que paseaba por la zona, otro viandante, además del joven laico y el sacerdote–.

Condolencias del cardenal Osoro

En la propia cuenta de Twitter de la parroquia se han pedido oraciones. El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha expresado su “profundo dolor”: “Nos sentimos todos solidarios con las familias afectadas y los sacerdotes de la parroquia”, ha dicho a los periodistas en el lugar de los hechos. 

La explosión en la quinta planta –en la imagen puede verse las casullas de los sacerdotes– ha provocado que el edificio quede muy dañado, perdiendo completamente la cubierta y los tabiques de cinco de sus seis plantas. En estos momentos el edificio está incendiado y se procederá a un derrumbe controlado de las dos últimas plantas.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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