España

La Iglesia asume como un reto el Informe de Jóvenes de la Fundación SM: “Hay que acercarse con sencillez, escuchar de corazón y proponer con valor”





Este pasado martes 19 de enero se presentó el informe ‘Jóvenes españoles 2021. Ser joven en tiempos de pandemia’, una investigación de la Fundación SM y el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica que dejó datos para la reflexión a nivel de fe. El principal fue que ya estamos ante “una cuarta ola de secularización” y que los jóvenes que se declaran católicos se reducen ya apenas a un 31,6%, en una caída de más de 20 puntos en una década.



Aún más, “si eliminamos de la suma total a los católicos no practicantes, dada su ínfima conexión real tanto con la religión como, sin duda, con la Iglesia católica, el total de católicos practicantes en mayor o menor medida quedaría en un 17,6 %”. E incluso entre estos tampoco parece tan evidente una creencia firme… Un 49,8% de los jóvenes que se definen como “católicos practicantes” reconocen que la religión no es “nada importante” para ellos.

Unos datos que no sorprenden

En conversación con Vida Nueva, el sacerdote Raúl Tinajero, director de la Subcomisión para la Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal, reconoce que no le sorprenden estos porcentajes: “En el Sínodo de los jóvenes, en las respuestas de los cuestionarios que recogíamos previamente, ya constatábamos esta realidad estadística que ahora nos muestra el estudio de la Fundación SM. Francisco, en Evangelii gaudium, viene a decirnos que estamos ante tres escenarios: los que ‘están en casa’, los que se están ‘marchando de casa’ y los que ‘no conocen la casa’. En España, la mayoría de los jóvenes están en el segundo escenario”.

De ahí que llame a “esforzarnos por llegar a todos: a los del primer escenario debemos de acompañarles en su crecimiento de vida de fe y ayudarles a despertar en ellos el querer ser protagonistas de la evangelización, pues son el ‘ahora de Dios’. A los del tercer escenario hemos de seguirles anunciando el Evangelio y mostrarles la alegría de nuestra fe, así como que las puertas de ‘casa’ siempre están abiertas para ellos. Con los del segundo escenario, que son la mayoría, debemos actuar como Jesucristo con los discípulos de Emaús. Estos se marchaban de Jerusalén, abandonaban ‘la casa’. Salió a su encuentro, se puso a caminar con ellos, les escuchó, dialogó y les mostró la Escrituras… Pero no les dijo que volvieran, que pararan. Siguió caminando con ellos hacia la lejanía de su fe, hasta su Emaús, hasta el lugar donde por sí mismos reconocieron a Cristo al partir el pan y, por sí mismos, volvieron a Jerusalén para dar testimonio”.

Caminar a su lado

“Nuestra tarea –remacha Tinajero– es ofrecer iniciativas, proyectos pastorales, espacios para el encuentro, para la escucha y para el diálogo abierto, caminando a su lado con coherencia y credibilidad, incluso hacia la lejanía, para que, cuando lleguen a su Emaús, por sí mismos, encuentren que Dios siempre ha estado a su lado y que les sigue invitando a la que es su ‘casa’”.

El claretiano Luis Manuel Suárez, responsable del Área de Pastoral Juvenil Vocacional de CONFER, sostiene que “el primer sentimiento al asomarme al informe es el de humildad, en el sentido de pisar tierra y ‘andar en verdad’. Creo que se nos ofrece una valiosa foto, en perspectiva, de lo que ocupa y preocupa a los jóvenes en nuestro contexto, que pone datos y análisis a lo que cualquier educador o pastoralista encuentra en su día a día”.

Como Jesús en Emaús

“Después –añade–, se quiere abrir paso en mí la confianza. Me inspira Jesús con los de Emaús, símbolo de muchos jóvenes que ‘están de vuelta’ en la fe. ¿Qué hace Él? Acercarse con sencillez, escuchar de corazón y proponer con valor. También me inspira Francisco, que, con el reciente proceso sinodal sobre ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’, ha querido activar en nuestros días esa acogida, empatía y propuesta que en la Iglesia estamos llamados a recrear continuamente, haciendo camino con los jóvenes de cada generación”

“Finalmente –concluye Suárez–, me brota la responsabilidad, en sentido activo. Seguimos teniendo un reto en la educación humana y en la propuesta del Evangelio a los jóvenes, en un tiempo con muchas encrucijadas. Los datos del informe, según se miren, nos pueden deprimir o nos pueden desafiar a dar lo mejor de nosotros. Los jóvenes solo van a acoger como valioso lo que descubran como una fuente de vida auténtica, no como mera teoría. Y, en ello, los que les acompañamos estamos llamados a ser referentes. Parafraseando a Pablo VI, el joven de hoy escucha con más interés a los testigos que a los maestros y, si escucha a los maestros, es porque son testigos”.

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