El 20 de enero se celebra la fiesta de san Sebastián y en Palma de Mallorca es fiesta, aunque este año limitada por la pandemia. El obispo Sebastià Taltavull presidió ante 150 personas en la catedral la eucaristía, único acto de las fiestas del patrón. “No hemos renunciado a vivir la fiesta de san Sebastián –como las otras fiestas de este tiempo– con su sabor cristiano, original, haciendo caso del encargo de Jesús cuando instituye la Eucaristía y deja dicho como testamento hacéis esto en memoria mía”, destacó el prelado a los fieles reunidos en la Seu.
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Protector de pestes y pandemias
Taltavull invitó a “sentirnos corresponsables del caminar histórico de nuestro pueblo, sin renunciar a aquello que más nos tiene que configurar como tal: su cohesión, su esfuerzo compartido, sus medidas de prudencia, en una situación tan delicada en la cual nos va la salud personal y colectiva”. Por eso hizo un llamamiento a la responsabilidad en el respeto de las restricciones sanitarias.
“Esto es el que hoy pedimos en nuestra oración, recordando y valorando la fe de quienes a lo largo de los siglos han invocado la intercesión de san Sebastián como protector contra la peste”, señaló. “Austeridad, renuncia, confinamiento, recorte de horarios, abstenerse de cosas muy legítimas porque otros las puedan tener, dejar de competir y cooperar, compartir y no acaparar, privarse de beneficios propios porque otros también puedan tener una oportunidad… Sabemos que el ayuno no es agradable, que es solo un medio para conseguir un objetivo que es de todos y es la salud, también de todos y para todos”, añadió recordando la actitud religiosa del ayuno.
“El mal de la pandemia se está extendiendo cada día más y más, creando nuevos contagios y víctimas. Queremos que toda la sociedad disfrute de salud, gracia que esperamos de vuestra bondad y el amor que nos tenéis”, imploró el prelado al final de la celebración en una oración ante la reliquia del brazo de san Sebastián. “Dadnos más fe, más esperanza, más caridad y, sobre todo, más salud”, rogó a la Virgen María de la Salud. Posteriormente, el obispo Taltavull también presidió la misa en la parroquia palmesana de san Sebastián.