Francisco pone al beato Lolo como ejemplo para los periodistas

Manuel Lozano Garrido Lolo

Manuel Lozano Garrido –Lolo–, maestro de los periodistas españoles y, también, maestro para Francisco. El Papa ha hecho público hoy, víspera de la festividad de San Francisco de Sales –patrón de los periodistas–, su Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año se celebra el 16 de mayo y que lleva por título ‘Ven y lo verás’ (Jn 1,46). Comunicar encontrando a las personas donde están y como son’.



En el mismo primer párrafo, cita del beato de Linares, del que justamente este año se celebra el centenario de su nacimiento, en el que la Diócesis de Jaén esta volcado. “Abre pasmosamente tus ojos a lo que veas y deja que se te llene de sabia y frescura el cuenco de las manos, para que los otros puedan tocar ese milagro de la vida palpitante cuando te lean”, aconsejaba el beato a sus compañeros.

“Deseo, por lo tanto, dedicar el Mensaje de este año a la llamada a ‘ir y ver’, como sugerencia para toda expresión comunicativa que quiera ser límpida y honesta: en la redacción de un periódico como en el mundo de la web, en la predicación ordinaria de la Iglesia como en la comunicación política o social. ‘Ven y lo verás’ es el modo con el que se ha comunicado la fe cristiana, a partir de los primeros encuentros en las orillas del río Jordán y del lago de Galilea”, resume el Pontífice.

Jorge Mario Bergoglio divide su Mensaje en 5 puntos: desgastar las suelas de los zapatos, esos detalles de crónica en el Evangelio, gracias a la valentía de tantos periodistas, oportunidades e insidias en la web y nada reemplaza el hecho de ver en persona.

1. Desgastar las suelas de los zapatos

“Opiniones atentas se lamentan del riesgo de un aplanamiento en los ‘periódicos fotocopia’ o en los noticieros de radio y televisión y páginas web que son sustancialmente iguales, donde el género de la investigación y del reportaje pierden espacio y calidad en beneficio de una información preconfeccionada, ‘de palacio’, autorreferencial, que es cada vez menos capaz de interceptar la verdad y la vida concreta de las personas, y ya no sabe recoger ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que emanan de las bases de la sociedad, alerta.

Del mismo modo, completa: “La crisis del sector editorial puede llevar a una información construida en las redacciones, frente al ordenador, en las redes sociales, sin salir nunca a la calle, sin ‘desgastar las suelas de los zapatos’, sin encontrar a las personas para buscar historias o verificar de visu ciertas situaciones. Si no nos abrimos al encuentro, permaneceremos como espectadores externos, a pesar de las innovaciones tecnológicas que tienen la capacidad de ponernos frente a una realidad aumentada en la que nos parece estar inmersos”.

Y agrega: “Cada instrumento es útil y valioso solo si nos empuja a ir y a ver la realidad que de otra manera no sabríamos, si pone en red conocimientos que de otro modo no circularían, si permite encuentros que de otra forma no se producirían”.

2. Esos detalles de crónica en el Evangelio

Para el Papa, “el ‘ven y lo verás’ es el método más sencillo para conocer una realidad. Es la verificación más honesta de todo anuncio, porque para conocer es necesario encontrar, permitir que aquel que tengo de frente me hable, dejar que su testimonio me alcance”.

3. Gracias a la valentía de tantos periodistas

“También el periodismo, como relato de la realidad, requiere la capacidad de ir allá donde nadie va: un movimiento y un deseo de ver. Una curiosidad, una apertura, una pasión. Gracias a la valentía y al compromiso de tantos profesionales —periodistas, camarógrafos, montadores, directores que a menudo trabajan corriendo grandes riesgos— hoy conocemos, por ejemplo, las difíciles condiciones de las minorías perseguidas en varias partes del mundo; los innumerables abusos e injusticias contra los pobres y contra la creación que se han denunciado; las muchas guerras olvidadas que se han contado. Sería una pérdida no solo para la información, sino para toda la sociedad y para la democracia si estas voces desaparecieran: un empobrecimiento para nuestra humanidad”, relata Francisco.

Asimismo, Bergoglio alerta de que “numerosas realidades del planeta, más aún en este tiempo de pandemia, dirigen al mundo de la comunicación la invitación a ‘ir y ver’. Existe el riesgo de contar la pandemia, y cada crisis, solo desde los ojos del mundo más rico, de tener una ‘doble contabilidad’. Pensemos en la cuestión de las vacunas, como en los cuidados médicos en general, en el riesgo de exclusión de las poblaciones más indigentes”.

“¿Quién nos hablará de la espera de curación en los pueblos más pobres de Asia, de América Latina y de África?”, se pregunta el Papa para luego agregar: “Las diferencias sociales y económicas a nivel planetario corren el riesgo de marcar el orden de la distribución de las vacunas contra el Covid. Con los pobres siempre como los últimos y el derecho a la salud para todos, afirmado como un principio, vaciado de su valor real. Pero también en el mundo de los más afortunados el drama social de las familias que han caído rápidamente en la pobreza queda en gran parte escondido: hieren y no son noticia las personas que, venciendo a la vergüenza, hacen cola delante de los centros de Cáritas para recibir un paquete de alimentos”.

4. Oportunidades e insidias en la web

En el terreno digital, Francisco recuerda que “la red, con sus innumerables expresiones sociales, puede multiplicar la capacidad de contar y de compartir: tantos ojos más abiertos sobre el mundo, un flujo continuo de imágenes y testimonios. La tecnología digital nos da la posibilidad de una información de primera mano y oportuna, a veces muy útil: pensemos en ciertas emergencias con ocasión de las cuales las primeras noticias y también las primeras comunicaciones de servicio a las poblaciones viajan precisamente en la web”.

En su opinión, “es un instrumento formidable, que nos responsabiliza a todos como usuarios y como consumidores. Potencialmente todos podemos convertirnos en testigos de eventos que de otra forma los medios tradicionales pasarían por alto, dar nuestra contribución civil, hacer que emerjan más historias, también positivas. Gracias a la red tenemos la posibilidad de relatar lo que vemos, lo que sucede frente a nuestros ojos, de compartir testimonios”.

No obstante, el Papa también advierte de los riesgos de una comunicación social carente de controles. “Hemos descubierto, ya desde hace tiempo, cómo las noticias y las imágenes son fáciles de manipular, por miles de motivos, a veces solo por un banal narcisismo. Esta conciencia crítica empuja no a demonizar el instrumento, sino a una mayor capacidad de discernimiento y a un sentido de la responsabilidad más maduro, tanto cuando se difunden, como cuando se reciben los contenidos”. Y añade: “Todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir”.

5. Nada reemplaza el hecho de ver en persona

En la comunicación, “nada puede sustituir completamente el hecho de ver en persona. Algunas cosas se pueden aprender solo con la experiencia. No se comunica, de hecho, solamente con las palabras, sino con los ojos, con el tono de la voz, con los gestos. La fuerte atracción que ejercía Jesús en quienes lo encontraban dependía de la verdad de su predicación, pero la eficacia de lo que decía era inseparable de su mirada, de sus actitudes y también de sus silencios. Los discípulos no escuchaban solo sus palabras, lo miraban hablar. La palabra es eficaz solamente si se ‘ve’, solo si te involucra en una experiencia, en un diálogo. Por este motivo el ‘ven y lo verás’ era y es esencial”.

Para Francisco, “todos los instrumentos son importantes y aquel gran comunicador que se llamaba Pablo de Tarso hubiera utilizado el correo electrónico y los mensajes de las redes sociales; pero fue su fe, su esperanza y su caridad lo que impresionó a los contemporáneos que lo escucharon predicar y tuvieron la fortuna de pasar tiempo con él, de verlo durante una asamblea o en una charla individual. Verificaban, viéndolo en acción en los lugares en los que se encontraba, lo verdadero y fructuoso que era para la vida el anuncio de salvación del que era portador por la gracia de Dios”.

El Papa concluye su Mensaje recordando que el “Evangelio se repite hoy cada vez que recibimos el testimonio límpido de personas cuya vida ha cambiado por el encuentro con Jesús. Desde hace más de dos mil años es una cadena de encuentros la que comunica la fascinación de la aventura cristiana. El desafío que nos espera es, por lo tanto, el de comunicar encontrando a las personas donde están y como son”.

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