Este 24 de enero, III Domingo del Tiempo Ordinario se celebra, por segundo año consecutivo, el Domingo de la Palabra de Dios. Una celebración que, según Francisco en su instauración, “nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable”. Por ello, Vida Nueva repasa algunas de las propuesta para esta edición de 2021.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
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El lema
“Mantengan firme la palabra de la vida” (Flp 2,16) es el lema de la edición de este año, el segundo que se celebra. “Con nuestro versículo, el apóstol pretende ofrecer una enseñanza importante a la comunidad cristiana para mostrarle la manera en que está llamada a vivir en medio del mundo”, escribe en la presentación Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Esa enseñanza es “la importancia que los cristianos deben dar a su compromiso de salvación, precisamente en virtud del acontecimiento realizado por el Hijo de Dios al hacerse hombre y ofrecerse a la violencia de la muerte en la cruz”. A esto se suma que “Pablo no olvida que, por mucho esfuerzo que los cristianos pongan para lograr la salvación, la primacía de la acción de Dios siempre permanece”. “Pablo señala el camino a seguir: los cristianos deben permanecer fieles y unidos a la palabra de Dios. ‘Manteniendo firme la palabra de la vida’ los discípulos de Cristo ‘brillan como lumbreras del mundo’”, apunta Fisichella.
La pandemia
El Domingo de la Palabra de Dios de 2021 se celebra en una situación difícil para muchos países que están viviendo una nueva ola de la pandemia por el coronavirus. “La humanidad pensaba que había alcanzado las certezas más sólidas de la ciencia y las soluciones de una economía para garantizar la seguridad de la vida. Hoy se ve obligada a comprobar que ninguno de los dos garantiza su futuro”, señala Rino Fisichella en la presentación de la jornada señalando las actitudes de desorientación y desconfianza ante la incertidumbre.
Por eso, “los discípulos de Cristo tienen la responsabilidad también en esta coyuntura de pronunciar una palabra de esperanza. Lo pueden lograr en la medida en que permanezcan firmemente anclados a la palabra de Dios, que genera vida y se presenta llena de sentido para la existencia personal”. Es la propuesta que sale al encuentro con la propuesta de este domingo especial.
El gesto
“‘Se ha cumplido el tiempo’, dice el Señor en el Evangelio. ¡No esperes otro momento, no pospongas al futuro la posibilidad de encontrarte con Dios en su Palabra! ‘Convertíos y creed en el Evangelio’ significa: cambia de vida y acoge la Buena Noticia, la Palabra que Dios Padre nos ha enviado. Sólo así podrás conocer el amor de Dios, que en su Hijo Encarnado nos ha revelado el verdadero rostro del Padre misericordioso”. Con estas palabras se invita a hacer un gesto especial en las misas de este domingo: la entronización del evangelio.
Por ello, los organizadores proponen que se lleve el libro de los evangelios en la procesión de entrada e invitan a “preparar un lugar visible para toda la asamblea, elevado y decorado, donde se pueda colocar el texto sagrado”. En esa especio de “trono” se expondría el evangeliario después de su proclamación en la eucaristía.
Iniciativas propias
Respetando todas las medidas sanitarias, en esta jornada hay algunas iniciativas que se pueden desarrollar o reservar para este domingo. Los organizadores del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, por ejemplo, proponen que se hagan en este día la Institución de los lectores por parte del Obispo, un ministerio que acaba de ser abierto para las mujeres.
También hay propuestas para organizar una ‘Lectio’ continua de un texto, la entrega de la Palabra en diferentes ámbitos, momentos culturales de profundización, audio-dramas sobre personajes bíblicos, momentos formativos, alguna celebración ecuménica… así como aprovechar para llevar estas propuestas más allá del templo gracias a las redes sociales.