“Recuerdo que al ir a dar los sacramentos a un anciano enfermo, me dijo: ‘Se me voló la vida’. Así nos sentimos los ancianos. Pensábamos que éramos eternos y nos damos cuenta de que se nos ha volado la vida. Se va”. Son las palabras que el papa Francisco ha pronunciado hoy, 24 de enero, al reflexionar sobre la liturgia durante el rezo del ángelus.
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“La vida es un don del amor de Dios, pero es también un tiempo de verificación de nuestro amor por Él. Por eso cada momento, cada instante de nuestra vida es un tiempo maravilloso para amar a Dios y al prójimo, y así entrar en la vida eterna”, ha subrayado Francisco, haciendo referencia al evangelio de Mateo en el que se “muestra el paso del testigo, por así decirlo, de Juan el Bautista a Jesús” y este empieza su vida pública.
“La historia de nuestra vida tiene dos ritmos: uno marcado por los días, las horas, los años… Y otro por las etapas de nuestro desarrollo: nacimiento, infancia, adolescencia, madurez… Cada tiempo, cada fase, tiene un valor propio, y nos ofrece una oportunidad única para nuestro encuentro con el Señor”, ha dicho el Papa, aseverando que “la fe nos ayuda a descubrir el significado espiritual de cada uno de estos tiempos. Cada uno contiene una llamada especial del Señor, a la que podemos dar una respuesta positiva o negativa”.
Una historia de amor y libertad
Y es que “la salvación no es automática, sino un don de amor”. Y, como tal, es “ofrecido libremente a la libertad humana”. “Siempre que se habla de amor”, ha continuado, “se habla de libertad”, porque “si no hay libertad, puede ser interés o otras muchas cosas, pero el amor siempre es libre. Y, siendo libre, requiere una respuesta libre”. Asimismo, “requiere la conversión, cambiar de cambiar de mentalidad, cambiar de vida. No seguir más los modelos del mundo, sino los de Dios, que es Jesús”.
Después del ángelus, Francisco ha recordado que, “el pasado 20 de enero, a escasos metros de la plaza de San Pedro, fue encontrado muerto por el frío un sin techo de 46 años. Se llamaba Edwin. Su muerte se une a la de otros tantos sin techo que han muerto en Roma en las mismas dramáticas situaciones”. “Oremos por ellos. San Gregorio Magno dijo: si se deja morir a un mendigo por el frío, ese día no deberían celebrarse misas, porque es como un Viernes Santo. Pensemos en Edwin, en qué sintió al frío, ignorado por todos, abandonado incluso por nosotros. Oremos por él”, ha aseverado, guardando unos segundos de silencio para la oración.
Por otra parte, Francisco ha recordado que este domingo está dedicado a la Palabra de Dios. “Uno de los grandes dones de nuestro tiempo es el descubrimiento de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. Jamás como hoy la Biblia es accesible a todos, en todas las lenguas, y ahora incluso en formatos digitales”, ha señalado. “Agradezco y animo a las parroquias en su empeño en educar y proclamar la alegría de sembrar el evangelio. Tengamos la costumbre de tener siempre un evangelio en el bolsillo para leerlo a lo largo del día”, ha apuntado. Asimismo, ha apuntado que es la festividad de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas. “Exhorto a los periodistas y comunicadores a ir donde nadie quiere ir. Y testimoniar la verdad”, ha dicho.
