Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), durante la apertura de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe ha destacado que “este acontecimiento eclesial quiere ser una expresión genuina de una presencia que abraza las esperanzas y los anhelos de todos los hombres, mujeres y de los jóvenes que conforman la Iglesia”.
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Sobre todo “en un momento de profunda crisis, y donde la coherencia con el Evangelio de Jesús será el gesto vivo que dará relevancia a nuestro ser y estar en medio de los gritos de los empobrecidos y de la hermana madre Tierra en este tiempo de pandemia”, acotó el prelado.
Amplio proceso de escucha
Cabrejos ha invitado a los obispos, parroquias, Cáritas, sus organizaciones eclesiales, las congregaciones, movimientos laicales y otras instituciones a participar “en el amplio proceso de escucha que necesariamente debe llegar a ustedes, hombres y mujeres que constituyen la Iglesia de Cristo en América Latina y el Caribe”.
“Este proceso de escucha, en perspectiva sinodal, será la base de nuestro discernimiento y nos iluminará para orientar los pasos futuros que, como CELAM y como Iglesia en la región, debemos dar en seguimiento de Jesús encarnado, hoy en medio del pueblo, en su sensus fidei que es su sentir en la fe”, ha expresado.
Hacia aguas profundas
Además ha indicado que “la Conferencia de Aparecida nos dejó una tarea pendiente, la de la puesta en marcha de una Misión Continental para «ir hacia aguas más profundas» para encontrar a los más alejados y construir juntos”.
Para el prelado esta Asamblea Eclesial “no es una Misión sólo de un tiempo específico, sino que se trata de asumir con valentía una misión y conversión permanente de una Iglesia en salida y sinodal”.
Por tanto “es necesario retomar esta perspectiva para una nueva presencia solidaria y dialogante de la Iglesia en nuestro continente y desde aquí para el mundo globalizado, en el cambio civilizatorio que ya estamos viviendo por doquier”.
Foto: CELAM