Vaticano

Son ya 10 los indigentes fallecidos en Roma desde noviembre





Desde el pasado mes de noviembre son ya 10 las personas sin hogar fallecidas en las calles de Roma debido al frío o a las complicaciones de salud ligadas a sus difíciles condiciones de vida. El último en morir se llamaba Edwin, tenía 46 años y era originario de Nigeria. Fue hallado en la mañana del pasado jueves a pocos metros de la plaza de San Pedro y el papa Francisco lo recordó durante el rezo del Ángelus de ayer.



“Su muerte se une a la de otros tantos ‘sin techo’ que han muerto en Roma en las mismas dramáticas situaciones. Oremos por Edwin”, pidió el Pontífice, recordando cómo san Gregorio Magno sostenía que frente a la muerte de un mendigo por frío, ese día debía ser como Viernes Santo y no celebrarse misas. “Pensemos en Edwin, en lo que sintió este hombre, 46 años, en el frío, ignorado por todos, abandonado también por nosotros”.

Carlo Santoro, voluntario de la Comunidad de Sant’Egidio, que ofrece asistencia a las personas sin hogar que duermen en las inmediaciones de la plaza de San Pedro y en otros lugares de Roma, explicó que Edwin era una persona “muy reservada”. “Estamos muy dolidos por lo sucedido. Hacemos un llamamiento no solo a las instituciones sino también a la gente para que nos ayude. El frío y el Covid son una mezcla letal para esta pobre gente que vive en la calle”, declaró Santoro a la agencia Ansa. Se calcula que son unas 3.000 las personas sin hogar en la capital italiana.

La muerte de Robertino

Otro indigente fallecido recientemente en Roma, aunque en este caso se encontraba en un albergue situado en las inmediaciones de la estación ferroviara de Termini, es Roberto Mantovani, conocido como Robertino y que frecuentaba habitualmente la plaza de la Città Leonina, donde viven varios cardenales y arzobispos que trabajan en la Curia romana. Tenía 64 años.

El cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero apostólico, presidió este miércoles el funeral de Robertino en una ceremonia concelebrada por el purpurado australiano George Pell, anterior prefecto de la Secretaría para la Economía, y por el arzobispo Arthur Roche, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

“Era una persona alegre, que en las comidas nos hacía reír a todos”, comentó Krajewski, destacando que algunas personas incluso le pagaron una habitación de un apartamento turístico en la zona del Vaticano para agradecerle su simpatía. El purpurado polaco, según recoge Vatican News, también recordó su amor por el fútbol.

Foto: Vatican News

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