España

El cardenal Omella lamenta “la picaresca” de quienes se saltan el orden de vacunación

  • El presidente de la Conferencia Episcopal hizo un llamamiento a la honradez, poco antes de que se generara un revuelo mediático en torno a la inmunización del obispo de Mallorca
  • El arzobispo de Barcelona presidió la celebración de San Francisco de Sales desvelando un repunte de la religiosidad en Cataluña: 440.000 católicos más en un año





El cardenal Juan José Omella se lamentó ayer de “la picaresca” que se ha generado en torno a quienes se han adelantado a la hora de recibir la vacuna contra el coronavirus. El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona condenaba esta actitud, poco antes de que se generara un revuelo al conocerse que el obispo de Mallorca había recibido ya la primera dosis de Pfizer.



Y lo hacía, durante un encuentro con periodistas con motivo de la celebración de San Francisco de Sales, patrón de los comunicadores, un acto coorganizado por el Colegio de Periodistas en Cataluña y por el Arzobispado de Barcelona. Omella presidió una eucaristía a la que asistieron familiares y amigos de los periodistas fallecidos con la pandemia como telón de fondo.

Llamada a la honradez

“Yo creo que hacen bien en llamar la atención a estas personas, esto no está bien hecho, hemos de ser honrados. La mujer del César no sólo ha de ser honrada, también ha de parecerlo. Lo digo también para mí, para el obispo, para toda la sociedad”, expresó Omella de forma genérica sin referirse al pastor Sebastià Talltavull, que ayer mismo salió a desmentir que se hubiera “colado” al argumentar que pertenecía a la “unidad sanitaria” de la residencia de sacerdotes mayores en la que se vacunó.

“Desgraciadamente -explicó en su reflexión en voz alta el cardenal-, España es el mundo de la picaresca desde siempre, ¿verdad?. El Lazarillo de Tormes ya nos enseñó cómo es la picaresca de los españoles y creo que en eso tenemos que ser más nobles y más honrados. Han puesto un baremo por edad, por función social, yo creo que hay que seguirlo y cuando a uno le toque, pues le toca y ya está”, ha opinado el arzobispo.

Cambio de tendencia

Ante los medios, el purpurado expuso algunos datos sobre las religiosidad en Cataluña. Así, explicitó que en 2020 aumentó en más de 440.000 el número de personas que se declaran católicas en Cataluña. De esta manera, el número de creyentes se situaría en un 60% del total de la población.

Se trata de un incremento del 5,7 por ciento, un dato más que significativo teniendo en cuenta la creciente secularización de los últimos años, un cambio de tendencia en el que la diócesis de Barcelona aporta más de 86.000 católicos. “En este tiempo de pandemia y de dificultades, en el que parece que más gente duda de Dios, hemos conseguido que el número de cristianos aumente”, añadió el pastor.

No al enfrentamiento

Sobre el creciente ambiente de polarización política, azuzado por la emergencia sanitaria e intensificado en estos días por la campaña electoral catalana, Omella expuso que “hay que evitar la confrontación, sobre todo los ataques personales”. “Cada uno tiene que vender sus proyectos con mucha ilusión y muchas ganas, pero evitar el que nos enfrentemos unos contra otros. Confrentemos ideas pero no personas: capellanes, periodistas, políticos…”, apuntó.

En relación a la necesidad de aunar esfuerzos ante la actual crisis económicas, el arzobispo de Barcelona es consciente de que “no podemos resolver todo, ni Cáritas ni la Administración, pero tenemos que hacer más esfuerzos”. “La Administración tiene la barita de aunar a todas las asociaciones que trabajan en Cáritas para ver cómo entre todos se puede dar una solución conjunta”, alentó.

Pobreza cronificada

Al ahondar en el incremento significativo de las llamadas ‘colas del hambre’ en estos meses, subrayó que “se ha cronificado la pobreza y aumentado, lo que nos tiene que hacer ser más sensibles al dolor y al sufrimiento de los hermanos, estén aquí o allá”.

De la misma manera, hizo suyo el mensaje del Papa para la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se conoció hace unos días: “El periodista que da la noticia tiene que comprender los hechos desde el lugar y el testimonio. Porque cuando se trabaja desde el despacho, redactando noticias que han vivido terceras personas, hay una distancia que se aleja de los hechos y es más fácil caer en las fake news”.

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